Opinion

Parquiabusos

Sergio Sarmiento

2015-05-12

“Aquellos que encuentran aceptable decir mentiras blancas terminan volviéndose daltónicos”.

Austin O’Malley

Distrito Federal- Apoyar a los parquímetros le costó a la maestra Claudia que algunas de sus vecinas le dejaran de hablar. Éstas estaban organizando bloqueos de calles para protestar por la decisión del gobierno de poner los dispositivos en su colonia, pero ella aceptó las promesas del gobierno del Distrito Federal de que el pago no se aplicaría a los vecinos y que el dinero se usaría para mejorar el vecindario. Hoy se da cuenta que le mintieron.

La maestra vive en un apartamento en la colonia San José Insurgentes de la delegación Benito Juárez. El gobierno ya ha empezado a colocar parquímetros en la colonia como lo ha hecho en otras. Su apoyo inicial, sin embargo, no sólo se ha desvanecido sino que se ha convertido en decepción e ira.

La promesa de que los vecinos no serían afectados resultó una mentira. Un funcionario la visitó para determinar si se le daría un permiso de residente para no pagar y le dijo que no podía darle la exención porque su edificio tenía estacionamiento. “Pero sólo tengo uno y mi hijo y yo tenemos auto y lo usamos para trabajar” protestó ella. No importa, dijo el burócrata; la regla es que sólo los edificios sin estacionamiento queden exentos.

La medida es perversa. La maestra, que vive con un sueldo limitado y paga ya impuesto predial para supuestamente obtener servicios públicos, tendrá ahora que dedicar una parte importante de su ingreso para estacionarse en su propia calle. Pero, además, si quiere o tiene que permanecer un día completo en casa por estar enferma o tener días de vacaciones, tendrá que salir constantemente a la calle a depositar cantidades adicionales en el parquímetro.

Como política pública el sistema implica un incentivo a las viviendas sin estacionamiento. La medida es además injusta porque favorece a unas viviendas sobre otras sin tomar en cuenta el ingreso o las necesidades de los residentes.

El gobierno del Distrito Federal dijo que los parquímetros tenían un propósito ecológico. Incluso nombró engañosamente el sistema con el neo-anglicismo de “ecoParq”. Los dispositivos supuestamente desalentarían el uso del vehículo privado para ir a trabajar o a la escuela. Pero aparte del hecho que el transporte público de la ciudad de México sigue siendo lamentable, lo cual es el principal obstáculo para reducir el uso de automóvil, es absolutamente contraproducente para ese supuesto objetivo ecológico castigar a alguien por dejar el auto estacionado en casa. Si un residente deja su vehículo en casa para usar el transporte público, cuando regrese por la noche el auto estará inmovilizado con una araña y él tendrá que pagar una multa abusiva.

El gobierno de supuesta izquierda, como es costumbre, castiga más a los más pobres. Quien no tenga recursos para comprar un auto nuevo, y deba dejar de circular un día a la semana, tendrá que pagar multas imposibles por cada día que deje el auto en la calle.

Precisamente para evitar estas situaciones injustas el gobierno prometió no cobrar los parquímetros a los residentes, pero ahora resulta que la medida sólo se aplica a unos cuantos. La exención, además, se maneja como un “trato especial” que los electores, supongo, deben agradecer con su voto.

En cuanto a los supuestos beneficios para los vecinos por lo que se vaya a hacer con el dinero de los parquímetros, habrá que constatarlos. Los vecinos de colonias que ya tienen los dispositivos afirman que no han visto ninguno. Aparentemente el monto destinado a mejoras en el vecindario es inferior al que se aporta en otras ciudades del mundo. Pero además no hay cuentas transparentes. Hasta donde se puede ver ecoParq no es más que un negocio que abusa de los vecinos de las colonias en que se impone.

Otros 29 millones

La Cámara de Diputados adelantó pagos por 29 millones de pesos a los legisladores para que informen de sus actividades en los últimos cuatro meses de la legislatura (en que están de vacaciones). ¿Rendición de cuentas? ¿Para qué? Todos tenemos una gran confianza en la honestidad de nuestros diputados.

Twitter: @SergioSarmiento

X