Opinion

La Casa del Pavo

Sergio Sarmiento

2015-05-05

“El único estado estable es aquel en el que todos los hombres son iguales ante la ley”.

Aristóteles

Distrito Federal- Si quiere usted una probadita de la tradición de la ciudad de México le recomiendo ir a la calle de Motolinía en el centro histórico. Ahí, en el número 40, casi esquina con 16 de Septiembre, se encontrará con la Casa del Pavo, una institución que lleva más de 100 años de existencia… y que hoy está cerrada con sellos de suspensión en las puertas.

La Casa del Pavo es un restaurante establecido en 1901, uno de esos lugares pintorescos al que generaciones de mexicanos han acudido. Las tortas de pavo han sido la especialidad. El consomé, también de pavo, es también muy popular. El establecimiento ofrece una amplia variedad de comidas a precios populares. Leo un mensaje sencillo de una comensal, Itzel Eguiluz, en la página de la Casa del Pavo que surge en el buscador de Google: “Clásico y delicioso”.

Supongo que eso es un pecado en la ciudad de México, donde las autoridades a veces parecen empeñadas en una guerra contra quienes laboran en la economía formal. Un mensaje en mi página de Facebook refleja la angustia de quienes desde la actividad formal pretenden sobrevivir en un ambiente hostil: “Recurro a usted porque estoy desesperada y espero que pueda ayudarme o referirme a alguien que pueda hacerlo. Desde hace un mes le pusieron al negocio de mi familia sellos de suspensión de actividades. Se llama la Casa del Pavo y está desde 1901 en el centro histórico. Somos 50 familias las que dependen económicamente de ahí. Todos son gente grande que ya no consigue trabajo en ningún lado y en la delegación Cuauhtémoc todo es burocracia. Nadie nos ayuda y la verdad no entiendo por qué tantas trabas para la gente que trabaja. Ayúdeme ya estoy desesperada. Mi abuelo está muy deprimido”. Firma Lorena Fuentes.

No sorprende la situación de la Casa del Pavo. Mi colonia, la Juárez, está llena de negocios formales con sellos de suspensión. La delegación Cuauhtémoc, gobernada hasta hace poco por Alejandro Fernández, quien ahora es candidato del PRD para una diputación local, persiguió de manera sistemática a los negocios formales al mismo tiempo que promovía los puestos informales. Hace algunos días comentaba en este espacio que al comenzar el gobierno de Fernández se colocaron sobre la calle de Hamburgo, en la Zona Rosa, en la esquina con Havre, un grupo de puestos semifijos. Ya con el comienzo de las campañas políticas los operadores de estos puestos han recibido casetas nuevas con el logotipo de la delegación Cuauhtémoc.

Hace algunas semanas cité en esta columna al jefe de gobierno Miguel Ángel Mancera quien escribió una carta a los jornaleros de San Quintín señalando que “el mercado laboral formal produce pobres, incluso pobres extremos”. Salvador Chertorivsky, secretario de desarrollo económico del gobierno capitalino, me llamó para asegurarme que de ninguna manera el jefe de gobierno apoya la economía informal ante la formal. La afirmación es bienvenida.

Me pregunto por qué, entonces, vemos que los negocios formales, como la Casa del Pavo, son acosados y cerrados mientras que los informales reciben apoyos públicos y hasta flamantes casetas de la delegación para llevar a cabo su actividad. Aunque entiendo que éste es un tiempo electoral, en que los grupos políticos buscan comprar tantos votos como puedan de los grupos organizados, como los que controlan el comercio en vía pública, quizá el gobierno de la ciudad de México y el de la delegación Cuauhtémoc deberían dejar en claro su compromiso con la economía formal y levantar los sellos de suspensión de un negocio formal centenario como la Casa del Pavo y quitando en cambio los puestos callejeros de comida de la calle Hamburgo.

Pero a lo mejor soy demasiado iluso.

Misiles

El que los miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación hayan contado con misiles tierra-aire para derribar un helicóptero del ejército el viernes 1o de mayo es inquietante. La guerra contra las drogas se parece cada vez más a una guerra normal.

Twitter: @SergioSarmiento

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