Opinion

“Taxis”

Arturo Mendoza Díaz / Analista político

2015-04-24

En el panorama de la ineficiente prestación del servicio de transporte público en lo relativo a los taxis en esta frontera, dos rayos de esperanza hacen atisbar la posibilidad de una mejora que debiera traducirse en una verdadera perestroika, es decir, en una reestructuración.

Una de esas señales es el anuncio de Jesús José Díaz Monárrez, dirigente de la Confederación de Trabajadores de México –CTM– en la ciudad, de que en esa central ha comenzado un cabildeo entre los concesionarios de autos de alquiler para que instalen taxímetros en sus unidades.

Por otro lado, la Ley de Alcoholes permite a los centros nocturnos llevar hasta su casa a los clientes que consuman bebidas alcohólicas, en uno de los requisitos para estar certificados por el Estado como Establecimiento de consumo responsable.

Esta norma pone término a la controversia surgida con el programa “Seguro a tu casa”, planeado por la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados –Canirac– para llevar a los clientes de bares a su domicilio. La propuesta tuvo obstáculos que fueron superados a partir de que el Municipio y el Gobierno estatal hicieron un pacto con la Cámara Nacional de Comercio –Canaco– para apoyar el “traslado seguro”.

Ciertamente, el problema de la escasa efectividad de los taxis como medio de transporte que coadyuve al tan necesario desplazamiento urbano de personas es de grandes proporciones, por lo que debe ser tomado en serio a fin de que, como dicen, se logre ponerle el cascabel al gato.

La cuestión no es sencilla si se considera que el ciudadano juarense medio, más allá de su automóvil, dispone para su transporte sólo de las ruteras, en una faena para la que también ayuda el ViveBús. No hay más opciones, a pesar de que, por su tamaño y sus necesidades, Juárez merece un mejor sistema de transporte.

En este esquema desalentador, los taxis en muy poco ayudan a solventar la necesidad de transportarse desde un punto de vista colectivo, porque no están al alcance de la gran mayoría de la gente de esta ciudad, por el hecho de ser muy caros.

De esa manera, subir a un auto de alquiler sin preguntar el costo del viaje es una temeridad, porque sería exponerse a dejar en él hasta la camisa. Por lo mismo, un taxi sirve únicamente cuando se trata de una emergencia o ante un caso de vida o muerte, en que el dinero pasa a segundo término.

En ese caso anómalo está el servicio de Taxi amigo, también demasiado caro, con vehículos escasos, que tardan demasiado en acudir al llamado de los clientes, así como difícilmente localizables porque no están en un punto específico de ubicación.

De hecho, conforme a la información publicada, los taxis en Juárez parecen estar inmersos en una maraña de intereses dentro de un submundo ajeno a la realidad, el cual propicia cobros estratosféricos, incluso más altos que las tarifas establecidas, ya de por sí elevadas.

Acaso por esa causa se produjeron las trabas iniciales por parte de la CTM y las autoridades de Transporte en contra del programa de la Canirac “Seguro a tu casa¨, de llevar a los clientes pasados de copas a su domicilio.

Y luego, las unidades que se usan como coches de alquiler, parecidas a los barcos, son de modelo atrasado, a la vez que de un tamaño impropio, tanto en lo relativo a la economía de combustible como para el bolsillo de los pocos usuarios del servicio.

Todo esto afecta a Juárez, con un sistema de transporte cojo o tullido, puesto que una de sus extremidades, que vendrían a ser los taxis, no funciona como debiera, convirtiéndose en un lastre para la población y lastimando la vida económica de ésta.

Debido a ello, de manera lógica, ni la postura de la CTM, de que los autos de alquiler usen taxímetro, ni la implementación del traslado de clientes ebrios a casa, de ningún modo bastan para solventar la situación que, respecto a los taxis, lastima a la ciudad.

Juárez debe contar con autos de alquiler que sean una real opción para la gente. Ya es tiempo de que superemos el peor sistema de taxis del país, en el que se emplean unidades de modelo atrasado, contaminantes y de mantenimiento costoso, con las que se presta un servicio caro e ineficiente. Los autos de alquiler en esta urbe deben ser modernos, eficaces y estar al alcance de los juarenses.

 

X