Opinion

Buenas nuevas para Chihuahua

FRANCISCO ORTIZ BELLO

2015-04-18

Recibir una inversión por más 1 mil 600 millones de dólares, unos  23 mil millones de pesos, es una buena noticia que no se recibe todos los días, y menos cuando esa noticia viene acompañada de otras de similares características e importancia.
Hace poco más de 5 semanas, el pasado martes 10 de marzo, la cervecera holandesa Heineken, anunció también la instalación de una planta en la ciudad de Meoqui, con una inversión inicial de 600 millones de euros, unos 7 mil 300 millones de pesos.
Así, en menos de mes y medio, Chihuahua ha recibido un par de anuncios, ambos desde la residencia oficial de Los Pinos, que no sólo nos hacen albergar una razonada esperanza de un mejor futuro mediato para los chihuahuenses, sino que –de seguir así las cosas-, se puede tratar de un despegue definitivo que ponga al estado entre los más competitivos del país, en materia de inversiones y desarrollo económico.
Lo anterior, sumado a otras condiciones geográficas, económicas, de infraestructura y de competitividad, puede significar en muy poco tiempo una consolidación de la economía chihuahuense y, en particular, de la economía juarense. Y en el caso de Ciudad Juárez, más que hablar de una economía propiamente local, debemos hablar de una economía regional que incluye a la de las ciudades de Las Cruces y El Paso, ambas de Estados Unidos, lo que hace aún más valiosas las intervenciones de capital en nuestra entidad, y en nuestra frontera.
Y en ese sentido, quizá lo único que nos estaría faltando es que el gobierno mexicano, el federal por supuesto, termine de vernos a los juarenses como parte de ese sistema económico regional fronterizo, binacional, como lo hacen en EU con las ciudades norteamericanas que limitan con la nuestra. Pero ese es otro tema, quizá igual de importante y trascendente que el de las inversiones, que por su propia naturaleza y complejidad estaremos abordando en un artículo por separado, ya que implica hablar de temas específicos y muy locales. Por ejemplo, ¿sabe usted que si consideráramos como una sola, la economía de todas las ciudades fronterizas entre México y EU, ésta sería la 6ª economía más poderosa del mundo?
Pero volviendo al tema que nos ocupó al inicio de ésta colaboración, las buenas noticias anunciadas para Chihuahua, el pasado viernes al filo del mediodía, en el Salón Adolfo López Mateos de la residencia oficial de Los Pinos, con formalización de Ford Motor Company de México en su intención de ampliar sus operaciones  en la planta de motores que tiene en la capital del estado, Chihuahua, es un tema digno de analizar a fondo y desde todas las perspectivas que esto implica. Durante el evento mencionado, en el que la empresa Ford Motor Company anunció una inversión total de 2 mil 500 millones de dólares en el país, el Primer Mandatario resaltó que estas inversiones “acreditan ante el mundo que en México hay condiciones de competitividad, condiciones para ser más productivos y para atraer más inversiones automotrices”.
Sin embargo, el presidente también apuntó que en buena medida es porque los inversionistas reconocen “la estabilidad laboral y el clima social que hay en México, y eso, sin duda, hace que el mundo voltee a ver a nuestro país, y que las empresas ya establecidas en México, como es el caso de Ford, reafirmen su confianza en el país”, y esa es la otra parte del asunto. Pero vayamos por partes.
Si esta cuantiosa inversión representa para México, como país, un importante impulso para nuestra economía, ni qué decir lo que significa para nuestro estado, Chihuahua, en el mismo sentido. Es decir, la inversión con todo y sus beneficios, rendimientos y consecuencias, se queda en nuestra entidad. Y serán los mismos chihuahuenses quienes recibamos esos beneficios.
Para comprender mejor ese significado y trascendencia del evento anunciado el pasado viernes en Los Pinos, conviene revisar un poco de las cifras que le dan contexto a esta cuantiosa inversión, y que los mismos protagonistas dieron a conocer durante el desarrollo de la presentación.
Ildefonso Guajardo, Secretario de Economía del gobierno federal, señaló que en lo que va de la administración peñanietista se han captado inversiones en el ramo de la industria automotriz, por más de 22 mil 600 millones de pesos, una cifra son precedentes.
Con estas inversiones, México ha alcanzado el lugar número cuatro en la industria automotriz en cuanto a exportación de autos, y el lugar número 5 en la exportación de autopartes, ambas posiciones a nivel mundial.
Señaló también el funcionario que la operación de Ford en México representa una compra anual por 800 millones de pesos, y en Chihuahua, este rubro es del orden de los 150 millones de pesos.
Por su parte, Joe Hinrichs, Presidente para  las Américas del corporativo automotriz, luego de recordar que Ford Motor Company fue la primera compañía automotriz que se estableció en México en 1925, señaló que en México, se produce el 8 por ciento del total de los autos que la compañía vende en el mundo, lo que sin duda representa una importante participación de México en las ventas de la armadora.
Esta inversión de 1.1 mil mdd, así como los 1 mil 300 nuevos empleos, -señaló Hinrichs- permitirán a Ford exportar motores a EE.UU., Canadá, América del Sur y la región Asia-Pacífico, apoyando de este modo la creciente línea de autos compactos de la compañía. Y convirtiendo la planta armadora de motores de Chihuahua, en la más grande de todo el país.
Gabriel López, Presidente y CEO de Ford de México, señaló que el anuncio realizado es un hito importante en la historia de los 90 años de Ford en México, y añadió que "En la actualidad dentro de Ford, México es el cuarto productor de vehículos, el cuarto mayor productor de motores y el segundo mayor país en suministrar autopartes a las instalaciones globales de Ford. Esperamos poder ofrecer aún mejores productos, incluyendo ahora nuevos motores y transmisiones, para servir a los clientes de Ford en todo el mundo.”
En su discurso, el presidente Peña Nieto reconoció “la antigüedad” de Ford en México, y dijo que ese era uno de los vínculos más grandes que unían a la empresa y a los mexicanos.
En el tema económico, de productividad y competitividad, el Jefe del Ejecutivo, afirmó que al consolidarse como el séptimo productor,  y el cuarto exportador de automóviles, “México es ya una potencia mundial en el sector automotriz” lo que nos pone en el concierto mundial en cuanto a industria automotriz se refiere.
En su turno al micrófono, el gobernador de Chihuahua, César Horacio Duarte Jáquez, agradeció el respaldo del Presidente Enrique Peña Nieto para que la inversión de Ford llegara a la entidad, ya que con ello –dijo- se generarán empleos que son de los mejores pagados, y además se acredita la confianza que tiene la empresa en la mano de obra chihuahuense.
Del mismo modo, Duarte afirmó que “el camino de la legalidad, es el camino que nos llevará a ser un país cada vez más fuerte y cada vez más justo. Pero, sobre todo, hoy se acredita aquí que esas inversiones tienen que ver con la confianza”.
Y es aquí donde entra el otro tema, el social. Si bien en materia económica, no cabe duda que esta inversión reviste una gran relevancia para Chihuahua, y para México, en el aspecto social y de impacto humano, por llamarlo de alguna forma, estará sujeta a varias condicionantes. Primero, habrá que sostener el ritmo en materia de legalidad y aplicación del Estado de Derecho, incluso incrementarlo, porque si algo puede desanimar a los inversionistas extranjeros es encontrarse en un país, o una entidad, en la que la Ley se vulnera con facilidad y eso no les da certeza jurídica a sus inversiones.
Y por otro lado, y quizá más importante, habrá que reestructurar las políticas públicas que regulan la actividad económica en la franja fronteriza porque, quieran o no, aquí las cosas son distintas que en el centro del país. Así que, bien por lo logrado, pero no nos confiemos a que solo con eso bastará para cantar victoria.
No existe desarrollo económico sin desarrollo social, y éste último sólo se da en un marco de legalidad, educación, igualdad de oportunidades y democracia. O le entramos bien, o mejor ni le entremos.

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