Sergio Sarmiento
Analista político y periodista
Distrito Federal— La calumnia es en el lenguaje jurídico la imputación falsa de un delito. La falsedad es parte fundamental de esta acción. Si yo acuso a un ladrón de robar no estoy incurriendo en calumnia sino en un acto de información.
Preocupa que el Instituto Nacional Electoral haya dejado de lado su función tradicional de organizadora equitativa de comicios para convertirse en una inquisición moderna cuya función principal es la censura de las ideas y los cuestionamientos. Las acusaciones y las críticas deberían ser el propósito fundamental de las campañas. Pero tenemos una censura sistemática que busca justificarse con el argumento de que evita la calumnia. El bozal se aplica, sin embargo, tanto a la falsedad como a la verdad.
El nuevo anuncio censurado por el INE es del PAN. El spot dice: “¿Qué opina usted de que el presidente llevó 200 personas a Londres?” La respuesta es una grosería. Ya el PRI había tratado de que la Comisión de Quejas, el principal órgano censor del INE, prohibiera el anuncio, pero los consejeros se negaron.
La actitud cambió, sin embargo, cuando la queja la presentó la Presidencia de la República. En este caso la Comisión sí aceptó retirar el anuncio del aire por considerar que viola la legislación que prohíbe la calumnia en la propaganda electoral.
Pero ¿cuál calumnia? ¿Qué delito se le está imputando al presidente Enrique Peña Nieto? ¿Acaso llevar invitados a una gira internacional es un crimen? No que yo sepa. De hecho, todos los presidentes llevan invitados a sus giras, desde funcionarios hasta periodistas y empresarios, con la intención de promover al país en el exterior… y de promoverse ellos mismos.
Pero, además, ¿cuál es la falsedad? ¿No eran 200 los invitados que llevó el presidente a su visita de estado al Reino Unido? Entonces, ¿a cuántos llevó y quiénes eran? Si la información fuera falsa la respuesta más adecuada, mucho más que promover un acto de censura, sería dar a conocer el número preciso de invitados al viaje a Londres. Si persistiesen las dudas, se podría dar a conocer el nombre de los invitados. Una información adicional muy útil sería saber cuál era el objetivo de llevarlos a la visita de estado.
Es paradójico que el presidente Peña Nieto haya declarado este 14 de abril, el mismo día en que el INE decretó la censura al anuncio del PAN, que “México es un país plural, participativo y de libertades”. La verdad es que con las reformas electorales de 2007 y 2014 hemos sufrido un deterioro importante en la libertad de expresión. No sólo se ha limitado en buena medida el juego de ideas en las campañas a lo que se pueda decir en un spot de 30 segundos sino que además el INE se ha dedicado activamente a censurar toda idea que considera crítica. En México no se le puede decir corrupto al corrupto.
Lo peor para el gobierno es que ya la censura no puede cumplir con su función tradicional. Aunque el INE y el gobierno puedan prohibir los spots de los partidos en radio y televisión, la multiplicación de medios independientes y las redes sociales hacen imposible detener los cuestionamientos. De hecho, cuando el INE ejerce su censura logra con frecuencia el efecto perverso de multiplicar la atención hacia lo que quiere acallar… Y en los murmullos que se difunden en las redes sociales no hay desmentido que valga.
La culpa no es del presidente ni de los consejeros (no todos) del INE. El pecado radica en las reglas electorales que diputados y senadores impusieron en las últimas dos reformas electorales. Nunca entendieron que una campaña sin críticas no es una campaña ni libre ni democrática.
Ponte la blanca
Ya no podemos ponernos la verde. La selección nacional tendrá que jugar contra Brasil con playera blanca porque los consejeros del INE piensan que los mexicanos somos tan idiotas que saldríamos como zombis a votar por un partido (censurado) si el equipo estuviera vestido de verde. Ya han empezado, supongo, las negociaciones para cambiar también el color del pasto.