Opinion

San Quintín

Rodolfo Ramos Silva
Analista político

2015-04-16

Realmente llama la atención lo que ha estado sucediendo recientemente en el Valle de San Quintín, Baja California, en donde miles de personas que trabajan como empleados y empleadas empezaron a protestar por mejores condiciones laborales y humanas. Un hecho que nos demuestra la realidad mexicana.
Esto nos remonta a escenas de los albores del siglo XX, cuando los obreros de Cananea, Sonora o en Río Blanco, Veracruz, se manifestaron pidiendo el respeto de sus derechos donde fueron reprimidos por las “fuerzas del orden”, en el mejor de los casos a golpes, las imágenes nos muestran las condiciones en las que vivían los trabajadores que laboraban. Imágenes impresionantes logramos advertir en días pasados al ser de conocimiento internacional que decenas de tarahumaras, la etnia con más presencia en el estado de Chihuahua, eran rescatados por las autoridades del Gobierno de Chihuahua.
O recientemente en el estado de Nayarit, donde las personas vivían, si a esto se puede decir vivir, en condiciones deplorables, concurriendo hoy en día la etnia triqui. Y la similitud de estos dos argumentos, la injusticia.
Los dueños de estos grandes ranchos y los supervisores o capataces en donde trabajan las y los individuos a quienes someten, son personas que o no tienen conocimiento de la Ley Federal del Trabajo, que en el título 4 artículos 132 al 134, habla de las obligaciones y derechos de los empleadores y empleados. O hacen una simulación de cumplir al proveer un sueldo que no satisface sus necesidades. Los mismos jornaleros han dicho que son alrededor de 80,000 personas las que año con año son explotadas, y éstos solo reclaman condiciones laborales, como las que tenemos usted y yo.
Si a esto le agregamos el abuso y la explotación de los menores, tanto física como laboralmente, son vistos cargando bultos pesados, sin comida y sin agua, sin descanso y sin actividades propias como dicta la Constitución, que defiende los derechos más elementales de las personas, es natural y comprensible que se den las manifestaciones y el bloqueo de la carretera internacional.
Recientemente la Secretaría del Trabajo estatal inició una investigación en contra de un individuo de un rancho de nombre San Ramón, por la muerte de una niña tarahumara donde sus padres llegaron a trabajar y nuevamente se da el caso de vivienda inadecuada, como en el caso de San Quintín.
Si en Ciudad Juárez pasa esta situación de esclavitud, no hay conocimiento, pero sí se han hecho denuncias públicas como el retiro de los camiones en fábricas muy lejos de la mancha urbana para que los empleados no puedan irse a sus hogares, que se encuentran muchas veces a distancias que van de 1 hora a 2 horas de traslado, haciéndolos trabajar hasta 16 horas, aun cuando Chihuahua y concretamente Ciudad Juárez, están a la vanguardia de leyes y patrones que cumplen con ley. Se ha trabajado en los derechos laborales, en el respeto con el que deben ser tratados obreros y obreras, con la igualdad que marcan la legislación.
La autoridad es responsable de la aplicación de las leyes y es aquí donde se está trabajando entre autoridades y patrones, cámaras y sindicatos, para dar a conocer y respetar la ley de ambos lados, una ley que debe ser y tener la imparcialidad y respeto para los trabajadores y patrones, y ambos están obligados a respetarlos y sus decisiones deben ser acatados.
Otro de los campos que debemos revisar es que los patrones trabajan con cargas impositivas, y que cada año ven cómo cambian las leyes y crean nuevas tributaciones, siendo este uno de los muchos problemas que llevan a ofrecer menos prestaciones de ley o los negocios terminarían sin ganancias que al final de cuentas son ellos los que arriesgan un capital, generan empleos y riqueza para Ciudad Juárez.
Esta ciudad es un campo de razones para hacer del derecho laboral uno de los caminos más humanos, que lleven al mejoramiento de esta sociedad, ya que si hay un trabajo mejor remunerado hay mejores expectativas de vida, los hijos de los trabajadores, de carecer de educación pasan a tener una oportunidad de asistir a universidades. Esto representa más acceso a cultura, deporte y salud, y con estos satisfactores cubiertos deberá haber mejores ciudadanos. La única forma de mover a la sociedad es con la educación y creo que con el desarrollo de estas ideas y la concepción de leyes que beneficien a los empleados y empleadas, como lo ha hecho el actual Gobierno de Chihuahua, que es pionero en las reformas y leyes laborales, nos llevarán a hacer una mejor ciudad con mejores habitantes.

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