Sergio Sarmiento
Analista político y periodista
Distrito Federal— El Instituto Nacional Electoral, el INE, quiere que las campañas electorales de nuestro país sean como los bikinis… que muestren todo excepto lo esencial. La institución parece haber encontrado su verdadera vocación en repartir cantidades multimillonarias de dinero a los partidos y en censurar las acusaciones que deberían ser parte fundamental de una campaña democrática.
La Comisión de Quejas del INE aprobó este 6 de abril, por dos votos contra uno, la censura de un anuncio del PAN llamado “Relojes y casas”. En éste se pregunta a un supuesto ciudadano qué piensa de que el presidente del PRI, César Camacho Quiroz, presuma que tiene relojes de más de dos millones de pesos, a lo que el ciudadano responde con una grosería parcialmente tapada por un bip. También se pregunta a una ciudadana qué piensa de que los políticos tengan casas en el extranjero; ella responde también con una grosería parcialmente cubierta por un bip. El anuncio añade la frase “Acabemos con la corrupción”.
La Comisión de Quejas del INE decidió que los ciudadanos mexicanos no tenemos la madurez suficiente para ver o escuchar estos spots. Tras la votación, el INE le dio al PAN un plazo perentorio para reemplazar el anuncio que ayer en la mañana todavía estaba al aire. Dicen los consejeros que se pronunciaron por la censura que el anuncio es calumnioso, aunque estrictamente hablando nunca acusa ni a Camacho Quiroz ni a nadie de la comisión de algún delito.
A lo mucho me parece que los consejeros podrían cuestionar al PAN por haber realizado un mal trabajo de verificación de datos. El mismo César Camacho ha reconocido estar fascinando por los relojes y señaló en una entrevista con Reforma en enero de este 2015 que tiene “unos ocho” de ellos. El más costoso, según él, es un Patek Phillippe que según el periódico tenía en ese entonces un precio de 797,298 pesos. Es caro, pero ciertamente no rebasa los 2 millones de pesos. Camacho le dijo al Reforma que en el caso de ese reloj “me tardé más de dos años entre querer comprarlo y haberlo conseguido”. Los políticos también sufren.
Camacho no es el único político mexicano fascinado por los relojes caros. Ernesto Nemer, subsecretario de Desarrollo Social, el funcionario encargado de manejar los programas federales de combate a la pobreza, fue captado en Nueva York en enero con un reloj Hublot de 220 mil dólares (unos 3 millones 300 mil pesos) (Proceso). Supongo que para acabar con la pobreza primero hay que conocerla. Al diputado Ricardo Aldana del PRI, también tesorero del sindicato petrolero, le robaron en septiembre de 2014 un reloj Panerai modelo Luminor de 126 mil pesos (El Universal). Con razón se burlan de mí los políticos cuando ven mi reloj Bizzarro de bolsillo y cuerda que me costó 800 pesos.
La corrupción es quizá el tema más importante en esta campaña electoral. Las casas de los funcionarios y el uso de helicópteros para viajes familiares son asuntos prioritarios para los mexicanos. Basta con ver las redes sociales para entenderlo. En nada ayuda que el INE asuma la posición de censor mayor de la república e impida la difusión de un spot que muestra algunos de los relojes de un político. Quizá sea alguien que ahorró dos años para comprarse un relojito bonito, pero si no hay nada de malo en la compra no debería haber problema en difundir la información. Siempre será bueno saber en qué gastan sus ahorros nuestros políticos.
Infortunadamente, una de las consecuencias negativas de las reformas electorales de 2007 y 2013 fue convertir al IFE primero y al INE después en censores. Los comisionados que votaron por la censura de los relojes quieren que conozcamos todo de la política… excepto lo esencial.
Helicópteros
No sólo David Korenfeld. También el gobernador de izquierda de Guerrero, Rogelio Ortega, y el presidente del PRD, Carlos Navarrete, recurren a helicópteros para trasladarse. Con razón no les afectan los bloqueos de calles y carreteras.