Óscar Fidencio Ibáñez
2015-04-08Los seis países con mayores índices de sostenibilidad en el mundo cuentan también con las economías más sanas y la mayor eficiencia energética en su tecnología y desarrollo; muchas ciudades con el potencial económico de Juárez y oportunidades en el mundo hacen esfuerzos para mantenerse competitivos al mismo tiempo que mejoran su calidad de vida con perspectiva sostenible, son los signos de la nueva época que vivimos y no podemos permitir que por falta de visión y atención quedemos rezagados.
A pesar que el término de desarrollo sostenible se acuñó en 1987, y se utilizó mundialmente a partir de 1992 en la Conferencia de Naciones Unidas en Río de Janeiro sobre Medio Ambiente y Desarrollo, su utilización práctica aún no se ha generalizado.
Los especialistas han buscado maneras de medir y promover los equilibrios entre sociedad, economía y medio ambiente que permitan una mejor calidad de vida en el presente y al mismo tiempo mantener el desarrollo y el entorno para que las nuevas generaciones también lo disfruten. ¿Cómo hacer para que nuestros hijos o nietos puedan tener mejores condiciones de vida sin poner en riesgo al planeta o por lo menos la porción donde vivimos?
Por ejemplo, en economía los datos soportan la percepción generalizada de que nuestra querida ciudad depende de la industria maquiladora, ya que según datos del Instituto Municipal de Investigación y Planeación (IMIP), la industria de trasformación concentra casi el 63% de la actividad económica, mientras que el 34% corresponde a comercio y servicios.
La vinculación a la economía norteamericana plantea ventajas y desventajas. Si a ellos les va bien a nosotros también, pero si a ellos les va mal, a nosotros también. No contamos con capacidad de maniobra propia, y aunque se genera una importante cantidad de empleos en este tipo de economía, los niveles de remuneración y estabilidad de los mismos no son necesariamente los mejores.
Así que una tarea constante de quienes habitamos en esta frontera, y en particular de los líderes políticos, económicos y académicos es plantear alternativas que potencien nuestra condición de frontera e infraestructura, y al mismo tiempo reduzcan la vulnerabilidad del modelo económico y su impacto en las condiciones ambientales y sociales del entorno y la comunidad.
Si el énfasis del análisis lo ponemos en los aspectos sociales o políticos de nuestra sociedad, podemos ver que aún hay muchas cosas qué resolver en materia de seguridad, acceso a la educación y a la salud, y al mismo tiempo tenemos que pensar en formas creativas de integrar a los miles de migrantes que cada año llegan y seguirán llegando a nuestra ciudad, mientras se mejora la calidad de vida bajo esta condición inherente a toda frontera.
En materia de desarrollo político institucional hay muchísimas alternativas que ya debemos practicar. Por mencionar algunas: la administración profesional de infraestructura, la redefinición de funciones y corresponsabilidades con el Estado y la Federación, por sus características de metrópoli binacional y su tamaño relativo respecto a la capital estatal.
Finalmente si el análisis se aborda desde la perspectiva ambiental, los retos por la interacción de nuestra orografía y topografía con las lluvias y la falta de infraestructura pluvial que parece condenarnos a inundaciones cíclicas; la transformación del antiguo régimen de riego agrícola en la ciudad; y la inadecuada interacción con el Río Bravo constituyen retos de economía, política e ingeniería fascinantes que no se pueden seguir posponiendo.
Las oportunidades para integrar el uso de suelo y las condiciones climáticas a la planeación y al desarrollo urbano son enormes, el clima extremoso fronterizo nos ubica en el centro potencial para el desarrollo creativo de nuevas tecnologías sustentables, que incluyan uso de energías renovables y materiales de construcción alternativos que hagan más eficiente el funcionamiento y el costo-ciudad.
A reserva de retomar estos temas con más detalle en futuras colaboraciones, por lo pronto las tres dimensiones de la sostenibilidad: la económica, la social-política, y la ambiental, deben abordarse de forma integral para lograr un futuro sostenible para Ciudad Juárez que nos permita vivir en condiciones de mayor felicidad, paz y beneficio social.