Opinion

Circos sin animales

Sergio Sarmiento

2015-04-06

“La democracia es el arte y la ciencia de manejar el circo desde la jaula de los changos”.

H.L. Mencken

 

ENSENADA, B.C.- Es muy fácil legislar siempre y cuando no se preste atención a las consecuencias de lo que se legisla. Esto lo vemos con claridad en la prohibición de los animales en los circos.

La ley ya le costó la vida a Mary, una elefanta que durante 23 años vivió y trabajó en tres circos diferentes. Mary llegó a México cuando tenía tres años de edad procedente de Zimbabwe como parte de un programa para exportar paquidermos y facilitar su protección y reproducción.

La prohibición del uso de animales obligó al circo que la tenía a venderla a un particular en Culiacán, Sinaloa. Éste a su vez la revendió a un zoológico en Morelia. En la capital michoacana se vio afectada por las bajas temperaturas del invierno, contrajo neumonía y falleció. Las circunstancias de la muerte fueron dadas a conocer hace algunas semanas por el diputado del PRD Jesús Escamilla quien preside la Comisión de Medio Ambiente de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.

Si bien vivió muchos años en los circos, Mary no era una elefante vieja. La vida promedio de estos paquidermos es de 65 años. Es muy común, de hecho, que los animales silvestres sufran cuando cambian de ambiente. Esto ocurrió con Mary. Miles de animales propiedad de los circos se enfrentan ahora al mismo riesgo.

Una ley general de protección a los animales habría tenido más sentido. Esto habría requerido que se prohibieran los malos tratos a todos los animales sin importar el tipo o el lugar. Pero la ley impulsada por el Partido Verde y aprobada por los demás en el Congreso está hecha simplemente para atacar a los circos. No prohíbe las charreadas, ni el rodeo, ni las corridas de toros, ni las peleas de gallo, ni la cacería, ni la pesca. Tampoco tener a animales de granja en condiciones de hacinamiento ni sacrificarlos con crueldad. Lo único que se prohíbe es el uso de animales en los circos.

A fines del año pasado se presentó en México un espectáculo de caballos llamado Cavalia. La Feria del Caballo de Texcoco se llevó a cabo sin ningún problema. La ley del Partido Verde sólo ataca a los circos.

Uno de los instrumentos de propaganda del Partido Verde para promover su ley fue un oso negro al que llamó Invictus. El animal fue presentado como víctima de maltrato por el circo Harley de Yucatán ya que fue encontrado sin maxilar inferior. Los propagandistas de la ley afirmaron que la extirpación se había realizado por pura maldad. Armando Cedeño, de la Unión Nacional de Empresarios de Circo afirma, sin embargo, que fue producto de una condición médica. El animal, de hecho, era alimentado amorosamente por sus dueños. La Procuraduría Federal del Ambiente retuvo al oso, lo sometió a una intervención quirúrgica que el animal no pudo resistir. En otras palabras, lo mató.

Los líderes y legisladores del Partido Verde no parecen muy interesados en la suerte de los animales. Esto lo demuestran con la parcialidad de la ley. Lo que buscan es obtener votos a través de una causa que genera popularidad.

Una legislación inteligente se enfocaría a asegurar el bienestar de los animales. Prohibiría el maltrato en cualquier tipo de ambiente a cualquier animal. Establecería criterios para definir este maltrato. Pero supongo que una legislación sensata no sería tan buen instrumento para conseguir votos.

Aún hay espacio para hacer una nueva legislación. Es mejor reconocer el error y proceder de nuevo. El objetivo debe ser proteger a los animales, no atacar a los circos.

 

Asesinada

Este sábado pasado un lector me pidió que retuiteara un mensaje para localizar a la joven Ana Ivette González Salas, de León, Guanajuato, desaparecida ese mismo 4 de abril. El domingo 5 fue encontrado el cuerpo sin vida de la estudiante de la Universidad La Salle del Bajío. No hay hasta este momento información sobre los responsables de su rapto y homicidio. La historia trágica y las fotografías de esta chica se me han quedado grabadas en la mente y en el corazón.

 

Twitter: @SergioSarmiento

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