Opinion

Renuncia al PRD

Sergio Sarmiento
Analista y periodista

2014-11-26

Distrito Federal— El ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas renunció este martes 25 de noviembre al PRD, el partido que él mismo fundó en 1989 y que presidió en sus primeros años con el título de coordinador general. También Andrés Manuel López Obrador, presidente del partido de 1996 a 1999, está fuera. No deja de ser un golpe que los dos únicos candidatos presidenciales que ha tenido el PRD en sus 25 años de historia se hayan salido de la organización.
Otros importantes personajes han dejado el PRD a lo largo de los años. Jorge Alcocer se retiró en 1990. Gilberto Rincón Gallardo lo hizo unos años después. Porfirio Muñoz Ledo, quien también fue presidente del PRD, buscó otras opciones en 1999. Fuera también está Rosario Robles, que sucedió a Cárdenas como jefa de gobierno del Distrito Federal y fue después presidenta del partido. Alejandro Encinas, quien remplazó a López Obrador como jefe de gobierno, está considerando su renuncia.
Cárdenas había venido exigiendo la renuncia de Carlos Navarrete, de Nueva Izquierda, a la presidencia del PRD. Esta renuncia era indispensable, dijo, para iniciar un reposicionamiento político del PRD. El ingeniero sostenía que el partido debía participar en las manifestaciones contra el régimen y abandonar cualquier colaboración con el gobierno federal, como la que tuvo a través del Pacto por México. El martes al mediodía Navarrete y Cárdenas se reunieron. La conversación fue cordial, según ha dicho el propio Cárdenas, pero Navarrete se negó a dejar la presidencia del partido. Esa misma noche Cárdenas anunció su renuncia al PRD.
Entiendo la posición de Navarrete. No sólo acaba de llegar a la presidencia nacional del PRD el 5 de octubre, por lo que no ha tenido oportunidad de demostrar lo que puede o no hacer en el cargo, sino que además ganó la responsabilidad tras un proceso democrático sin precedentes en la historia de la organización. La elección interna del PRD movilizó a más de 2 millones de perredistas que votaron por 89 mil candidatos que aspiraban a ocupar 30 mil cargos distintos, entre ellos las 1,200 posiciones del Consejo Político Nacional. Estos consejeros eligieron posteriormente a los miembros del Comité Ejecutivo Nacional y a los directivos del partido, incluyendo al propio presidente. Nunca antes había el PRD tenido una elección tan limpia, exitosa y concurrida. Echar todo a la basura para otorgar el control a un grupo que no pudo ganar la elección parecería un despropósito.
El problema, sin embargo, es qué va a ocurrir con un partido que ha perdido tanto a su líder moral como al candidato que estuvo a punto de llevarlo a la presidencia de la república en 2006 y 2012. ¿Puede el PRD de los Chuchos, de esa Izquierda Democrática que se precia de ser moderna y conciliadora, sobrevivir en un país tan radicalizado como el nuestro?
Cárdenas no se está yendo a ningún otro partido, pero López Obrador está construyendo en Morena una agrupación que aspira a quitarle al PRD la posición de principal partido de la izquierda mexicana. Los Chuchos han tenido la capacidad para tomar control del PRD, mas cabe preguntarse si esto puede traducirse en la fuerza para ganar los sufragios de la mayoría de los votantes de izquierda del país.
Ninguno de los miembros de Izquierda Democrática ha demostrado hasta ahora tener un gran carisma personal, ese que se necesita para ganar elecciones en estos tiempos mediáticos. López Obrador, es cierto, polariza las opiniones, pero está sobrado de carisma. Y va por los votantes que hoy tiene el PRD.

Importador neto
México está a punto de convertirse en importador neto de productos petroleros. En octubre el país exportó 3,430 millones de dólares de estos bienes, una caída de 21 por ciento sobre el mismo mes de 2013. Las importaciones petroleras, en cambio, subieron 3.5 por ciento para alcanzar 3,387.3 millones de dólares. El superávit petrolero en octubre fue de apenas 42.9 millones de dólares. Falta muy poco para que seamos deficitarios.

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