Samuel F. Velarde
Analista
En Ciudad Juárez si algún sector ha padecido no solamente la violencia sino la angustia de vivir en un lugar inseguro y con pocas alternativas culturales y de sana diversión, han sido los jóvenes. Más allá de lo que se diga en los discursos, la ciudad requiere de espacios donde los jóvenes tengan varias alternativas para ir satisfaciendo su desarrollo humano, que según la ONU tiene que ver con la libertad de elegir opciones que les permitan una vida larga y saludable.
Ser joven es una faceta que se va rápido, de hecho si tomamos en cuenta de que la juventud comienza a los diecisiete años y termina a los treinta cinco, estamos hablando de dieciocho años de vida joven, es decir paradójicamente la edad de un joven que cumple mayoría de edad.
Entonces, si se pasa por alto el desarrollo humano en esa etapa que tiene que ver con adquirir conocimientos valiosos como lo dice también la ONU, los jóvenes al llegar a su adultez, lo más probable es que sean tipos frustrados, apáticos, individualistas, amén de padecer patologías más severas.
Pero, ¿qué se hace para lograr que los jóvenes juarenses tengan la posibilidad de un desarrollo humano? Creo que muy poco, a no ser por la lucha personal de cada uno de ellos y de su posición económica para sacar adelante sus metas personales. Pero de hecho políticas públicas ex profeso se ven escasas. Por otro lado, basta con leer las noticias sobre desempleo que afectan a los jóvenes para darse uno cuenta de la triste realidad. Y como muchos especialistas comentan, cuando se habla de jóvenes es hablar de un mosaico multivariado de “jóvenes” que se asocia con su nivel cultural, económico y político, entonces el reto es grande.
Las instituciones educativas en ocasiones tampoco empujan el desarrollo humano entre sus estudiantes, pues creen que el simple aspecto formativo (que en ocasiones es de dudosa calidad) es más que suficiente para que los estudiantes alcancen sus metas en ese sentido. Según el Índice de Desarrollo Humano Municipal 2013, en varios municipios de Chihuahua coexisten condiciones económicas similares a las de Zimbabwe y Lituania, entonces aquí en la ciudad es un hecho que estas condiciones sean las mismas, es decir, cientos de jóvenes tendrán el mismo nivel que los jóvenes del país africano.
Así pues, son indispensables políticas más consistentes y abarcadoras dirigidas al desarrollo humano de los jóvenes, entre otras cosas generar una política cultural que eleve su desarrollo personal en el sentido más humanista del término.
Elaborar estrategias eficientes para los jóvenes de los barrios, donde a través de su participación ciudadana incida en sus propios cambios. Propiciar el desarrollo de jóvenes por la ciencia, la cultura, la tecnología, es decir todo un abanico de posibilidades para ir construyendo futuras generaciones sanas y comprometidas con su entorno individual, familiar y social.
Si no hay alternativas al respecto, seguiremos observando a cientos de jóvenes en la página roja de los diarios o en las estadísticas de accidentes de tráfico, como hasta ahora sucede, o en el mejor de los casos, llenando los antros cada fin de semana.
A mis estudiantes de Desarrollo Humano (ITCJ)