Opinion

Pueblo energético

Sergio Conde Varela
Abogado

2014-08-14

Cual infantes en jardín de niños, los juarenses, chihuahuenses y mexicanos pensábamos, con una sonrisa que nos ahorcaba, que al entrar en vigor la reforma energética la gasolina, los recibos de la luz y los del gas bajarían a rajatabla.
Fueron ilusiones esos quereres y pareceres. Hace unos días, el Gobierno federal anunció que la luz bajaría hasta dentro de dos años y muchos fronterizos ya andan sudando la gota gorda porque en sus recibos ya no aparece el subsidio gubernamental. En un país como el nuestro, exportador selecto de petróleo, la gasolina no bajará porque su precio está sujeto al misterioso precio del Monje Loco o “precio internacional” y, para rematar, el gas empezará a zarandearnos con su alto costo a partir de los meses otoñales e invernales. Qué bien amadas y recibidas noticias nos han dado los legisladores, a quienes felicitó el Lic. Peña Nieto por las reformas de marras.
No crean lectores que los juarenses no tuvimos marcadas sospechas meses atrás de que vendría un cambio al régimen social del país. Las tuvimos y con pruebas, sin duda alguna. La primera de ellas fue la vapuleada a los sindicatos y sus líderes, los cuales no son y no eran madres de la caridad.
El primer empujón lo dio el régimen panista y le siguió el priista. Como si alguien les hubiera dicho que así lo hicieran, pues supuestamente entre ellos no hay acuerdos. Cayó primero el sindicato de electricistas y sus dirigentes. Una súper campaña publicitaria pagada con fondos del gobierno se encargó de esa hazaña. Luego se atacó y se obligó a salir del país al líder de los mineros, Napoleón Gómez Urrutia, multimillonario y ahora escritor, que ya estrena la ciudadanía canadiense con una amplia y alegre sonrisa. Despuecito, ya con Peña Nieto como presidente, fue encarcelada y sujeta a proceso la líder magisterial y maestra de profesión, Elba Esther Gordillo, argumentando el gobierno cuestiones fiscales pero tomando en cuenta su clara oposición a la reforma educativa.
En esta ruta, los medios oficiales ya le están cantando las “golondrinas” al multimillonario líder petrolero Romero Deschamps, porque su arroz ya se coció y no hay más champú de cariño.
La conclusión que hemos sacado los juarenses no es de sabios de la política, sino de observadores de una realidad en la que seguramente caben desahogadamente los barones del dinero y las finanzas.
Aparece con esto el fantasma neoliberal impulsado por el régimen de Carlos Salinas que gritó que México con el TLC tendría un impulso extraordinario, lo cual fue una rotunda mentira. Luego el mismo Salinas entregó a la banca extranjera las finanzas internas como un segundo impulso a la prosperidad y se convirtió en la segunda mentira atroz de ese régimen, con el agravante de haberle condonado a un imperio extranjero bancario la suma de 12,500 millones de dólares. Con seguridad no se dará marcha atrás a las reformas. Hay muchos intereses financieros, que no populares, atrás de ellas. Entonces, lo más cuerdo es prevenirnos de alguna manera.
Bruce Bagley maestro universitario de Florida dijo que al pueblo mexicano  le deben rendir cuentas el gobierno y las multinacionales. Que se transparenten las ganancias y beneficios referidos por ellas frente a los del pueblo quien, les guste o no, es propietario de los hidrocarburos. Un político norteamericano de California dijo que así deberán hacerlo porque de lo contrario las multinacionales se los comerán vivos.
El energético pueblo mexicano debe exigir transparencia absoluta. Cero mentiras, porque esto no es un juego en que pocos ganan y los más pierden. No se trata de un casino, mucho menos de un juego de naipes. Es el futuro de México el que está frente a la historia y requiere que ese pueblo levante su voz y diga: “Cuentas claras, amistades largas”. Y eso es lo que incesantemente le repetimos los mexicanos al gobierno y a los beneficiados por las reformas: Cuentas claras, para que pueda haber amistades largas. Punto.

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