Opinion

¡Fuera el tren del Centro!

Carlos Murillo M
.Abogado

2014-04-16

El problema que genera el paso del tren por el Centro Histórico de Juárez es un pendiente añejo que ningún gobierno, ni local ni federal, ha podido solucionar.
En varias ocasiones se han integrado mesas de trabajo entre las autoridades federales de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y los gobiernos municipal y estatal, sin embargo todo ha quedado en buenas intenciones y, todos sabemos, que así está empedrado el infierno.
Durante las últimas semanas, el presidente de la Cámara Nacional de Comercio, Alejandro Ramírez Ruiz, ha emprendido de nueva cuenta una campaña para solucionar de fondo este asunto, argumentando que no sólo se trata de la molestia que el tren estrangule las calles del Centro Histórico y que, con esto, trastorne la dinámica económica de esa zona, sino que además es un alto riesgo para la seguridad de los ciudadanos, por los lamentables accidentes por atropellamiento que han cobrado la vida de muchas personas en estas últimas décadas.
Hay que subrayar que también el problema está en los contenedores, ya que, aunque no sabemos qué productos transportan –porque la opacidad es una constante en este tema– hay información de que, sin embargo, en algunos casos son  sustancias de alto riesgo, tanto para la salud como para el medio ambiente.
Entonces la falta de transparencia termina provocando incertidumbre en la ciudadanía y, por lo tanto, especulación. En ese sentido, los casos de accidentes ferroviarios en Estados Unidos son un claro ejemplo del riesgo que implican las vías del tren, y éstos no han sido asuntos menores.
El sólo pensar en que exista un manejo de sustancias peligrosas obliga a todas las autoridades a tomar cartas en el asunto.
Sin duda, aquí hay dos factores fundamentales, el primero es la política económica global y, el segundo, las relaciones diplomáticas bilaterales, ambos elementos tienen conexión con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y con los intereses de las grandes empresas que se benefician con el bajo costo que representa transportar en tren. Estos elementos en juego hacen ver a los comerciantes juarenses como David y Goliath.
Pero esta iniciativa es necesaria, urgente y estratégica para el desarrollo integral del Centro Histórico, porque como lo dijo Alejandro Ramírez: “si renace el Centro Histórico, renacemos todos”.
Sin duda, impulsar esta agenda es tarea de todos, pero es legítimo que los más interesados sean los comerciantes del Centro, quienes han acudido a las autoridades para darle continuidad a un reclamo que lleva décadas pendiente, me refiero a eliminar las vías del tren en el centro.
En este proyecto, todos tenemos algo que aportar, es necesario sumarnos a las voces que han expresado su inconformidad, para tener un frente común y seguir adelante con este interés legítimo de los juarenses. ¡Fuera el tren del centro!

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