Opinion

Ya nada detiene la legalización y regulación de la mariguana

LEO ZUCKERMANN
Analista político

2013-07-26

Distrito Federal– Esa fue la primera conclusión que saqué del simposium Estados Unidos-México sobre el tema organizado por el Centro Fox la semana pasada. No son una bola de jovencillos motorolos los que están a favor de la legalización y regulación de la cannabis. No. Aquí estamos hablando de empresarios, médicos, abogados, activistas sociales, funcionarios públicos, políticos, cabilderos, académicos y periodistas de buen nivel. Todos ellos están convencidos que la prohibición ha fracasado y que la mejor manera de resolver el problema del consumo y la adicción de la mariguana es legalizándola y regulándola.
El tema en Estados Unidos no es si hacerlo o no, sino cómo. Están pensando qué tasa de impuesto ponerle, dónde producirla, cómo venderla y con qué estándares de calidad. Uno de los asuntos, que ciertamente genera controversia, es hacerlo por medio de empresas que explícitamente busquen una utilidad económica o a través de clubes de consumidores sin fines de lucro. Muchos empresarios estadounidenses ya le echaron el ojo al buen negocio que esto puede significar. En este sentido, ya se echó a andar una de las maquinarias más poderosas de la historia de la humanidad: la del capitalismo estadounidense.
Ahora bien, si Estados Unidos va en el camino de la legalización y regulación de la mariguana, la pregunta es qué tiene que hacer México. Eso me lleva a la segunda conclusión que saqué del simposium: aquí vamos a paso de tortuga mientras que allá van a la velocidad de la luz. Así de grande es la diferencia. En México apenas estamos pensando si debatir o no el tema. Muchos, por miedo o un conservadurismo escondido, recurren a la burla o al insulto a todos aquellos que queremos el debate. ¿Acaso no les parece importante que México tenga una postura frente a la realidad de la legalización de la mariguana en Estados Unidos?
Mientras que en Washington y Colorado ya se están estableciendo empresas y cooperativas para vender mariguana con fines recreativos, aquí se sigue persiguiendo y deteniendo a los productores de esta planta. De acuerdo a datos de una encuesta en penales federales, 60 por ciento de los reclusos están ahí metidos por producción o venta de drogas y 60 por ciento de estos presos son de mariguana. En otras palabras, más de un tercio de los delincuentes del fuero federal están relacionados con un producto que del otro lado de la frontera ya es legal en 19 estados con fines medicinales y en dos con fines recreativos.
Lo cual me lleva a una tercera conclusión del simposium. Afortunadamente en México no tenemos un problema de consumo de mariguana como en Europa o Estados Unidos. La prevalencia de esta droga sigue siendo muy baja. Entonces, ¿para qué legalizarla en México?
Podría haber muchas razones. Menciono, sin embargo, dos de las más convincentes.
Primero, como una de las múltiples soluciones para tratar de resolver el problema de la violencia en México. El dato más impresionante que escuché en el simposium lo dio Julio Frenk, ex secretario de Salud. Por varios lustros, la esperanza de vida entre los varones mexicanos de 15 a 30 años había venido subiendo. Sin embargo, el sexenio pasado, la tendencia se revirtió. De hecho, bajó en un año la esperanza de vida para los jóvenes de sexo masculino. Esto se debe a la explosión de asesinatos en este grupo. Nuestro problema es una epidemia de violencia, no el consumo de drogas. Si legalizar y regular la mariguana en ambos lados de la frontera contribuye a un descenso en los homicidios relacionados con el crimen organizado en México, pues bienvenida sea.
La segunda razón es algo que ni los estadounidenses ni los mexicanos acabamos de entender: cuando un producto se legaliza en uno de los países, en la práctica acaba legalizándose en el otro. Para los mexicanos, por ejemplo, es muy fácil conseguir armas en Estados Unidos, donde son legales, y traerlas a México donde son ilegales. Nadie puede parar este flujo. Otro ejemplo: cuando el alcohol era ilegal en Estados Unidos, pues se contrabandeaba desde México donde era legal (así nació, por cierto, el Cártel del Golfo). Vamos a decir, en este sentido, que en 2014 o 2016 ocurre lo inevitable: que California legaliza la mariguana con fines recreativos. ¿Acaso no tendrá consecuencias importantes en la frontera que compartimos con ese estado?
En México nos urge debatir y resolver este tema. Bien decía el ex presidente Fox que no nos espantemos de hacerlo. En todo caso, lo que debería espantarnos es no debatir nuestros problemas.

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