Jane E. Brody / New York Times News Service
2016-01-05
Nueva York— Una desconsolada esposa me suplicó que escribiera sobre la importancia de la buena postura. “Mi marido se sienta durante varias horas al día, encorvado sobre su computadora”, dijo. “Le he dicho muchas veces que eso es malo para su cuerpo –que debería sentarse derecho–, pero no me hace caso. Él te lee cada semana. Quizá le haga caso a usted”.
Así que aquí va: Sí, querido señor, escuche a su esposa. Es malo encorvarse. No solo es malo para la propia salud física, sino también para su bienestar emocional y social. Sin embargo, más sobre esto más adelante.
Sin demora, ponga esa computadora en una superficie apropiada (las portátiles pueden promover encorvarse y consiga una silla con apoyo que le permita sentarse derecho con la cabeza alineada directamente sobre sus hombros y caderas cuando sus ojos estén sobre la pantalla.
Como persona menuda que es propensa al dolor de espalda, he estado consciente desde hace ya largo tiempo atrás del valor de una buena postura, así como asientos que reduzcan al mínimo la tensión sobre mi columna y los músculos y ligamentos que la sostienen. A los pocos segundos de haberme sentado en un automóvil sé si lastimará mi espalda o cuello; cuando alquilo uno, pruebo el vehículo hasta que descubro uno que se ajuste a mi diminuta constitución.
Compré mi vehículo actual, una minivan Toyota Sienna, en buena medida porque me sentí cómoda cuando me puse tras el volante para una prueba de manejo. Toda mi espalda estaba apoyada, así que no se sintió una sola punzada, a diferencia de lo que ocurre en muchos otros autos. Además, podía ver con facilidad sobre el volante sin inclinar mi cabeza hacia atrás, lo cual no es el caso en la mayoría de los otros vehículos. Además, podía alcanzar los pedales del suelo sin extender indebidamente mi pierna y tensar mi espalda baja.
La postura deficiente puede tener efectos lesivos que irradian a lo largo del cuerpo, causando dolor de espalda y cuello, fatiga muscular, limitaciones respiratorias, articulaciones artríticas, problemas digestivos y alteraciones del humor. Aunado a esto puede crear una mala impresión cuando se solicita un empleo, empieza una relación o se hacen nuevos amigos.
La postura deficiente incluso puede dejarlo a uno vulnerable a la delincuencia en las calles. Muchos años atrás, algunos investigadores demostraron que las mujeres que caminaban lentamente con los ojos en el suelo, como si soportaran el peso del mundo sobre sus hombros, tenían probabilidades mucho mayores de ser asaltadas que aquellas que caminaban a paso animado y con determinación, así como la cabeza erguida. No puedo demostrar que la postura fuera la responsable, pero esto es efectivamente lo que le ocurrió a una vecina de Brooklyn cuando se dirigía a casa un día.
Nosotros vivimos en un campo gravitatorio, y cuando nuestros cuerpos están fuera de línea con la vertical, ciertos músculos tendrán que trabajar más arduamente que otros para mantenernos erguidos. Esto puede dar como resultado una indebida fatiga e incomodidad que puede durar más tiempo que la tensión los ocasionó.
En un estudio de 110 estudiantes en la Universidad Estatal de San Francisco, la mitad de los cuales recibieron instrucciones de caminar encorvados y a la otra que brincara por un corredor, los saltadores tuvieron mucha más energía a lo largo del día.
Cualquier posición repetitiva o prolongada “entrena” a los músculos y tendones del cuerpo a acortar o alargar y ejerce tensión sobre huesos y articulaciones que pueden darles nueva forma más o menos de manera permanente. Justamente de la forma en que los tacones altos pueden acortar y tensar los tendones de Aquiles y músculos de las pantorrillas, encorvarse mientras se está sentado durante una hora y media puede resultar en una persistente posición encorvada, en tanto pararse y caminar encorvado puede conducir a hombros y espalda superior redondeados de manera permanente.
Si bien los primeros humanos pasaron la mayoría de sus horas caminando, corriendo y parados, actualmente en países industrializados, el 75 por ciento del trabajo se lleva a cabo sentado. La mayoría de la gente se sienta para ir y volver del trabajo y mientras se relaja después del trabajo. Mientras más tiempo pasa la gente sentada (o de pie) sin cambio de posición y movimiento, mayor las probabilidades de que presenten un dolor postural de espalda, con base en un informe de la Revista de terapéutica manipulativa y fisiológica.
“Text neck”, término acuñado por un quiropráctico de Florida, Dean L. Fishman, es una lesión repetitiva por tensión que resulta a partir de horas pasadas con la cabeza posicionada hacia adelante y abajo mientras se usa aparatos electrónicos. Esto da lugar a músculos rígidos en la parte trasera del cuello y la espalda superior. Además, quienes se inclinan hacia adelante mientras están sentados pudieran ser propensos a apretar las mandíbulas y sus músculos faciales, causando jaquecas y el (ATM) síndrome de articulación temporomandibular.
Inclinarse hacia adelante o encorvarse también puede reducir la capacidad pulmonar hasta 30 por ciento, reduciendo la cantidad de oxígeno que llega a tejidos del cuerpo, incluido el cerebro, con base en el Dr. Rene Cailliet, pionero en el campo de medicina musculo esquelética, quien murió en marzo.
Además, encorvarse o sentarse en posición encorvada comprime los órganos abdominales y pudiera reducir la acción peristáltica que reviste importancia para la normal digestión y función intestinal.
Una de las actividades más inquietantes actualmente, particularmente para niños y adolescentes cuya estructura ósea sigue en desarrollo, es cargar mochilas sumamente pesadas a la escuela y de vuelta a casa, a menudo a lo largo del día escolar. El peso los obliga a doblarse hacia adelante, con las mismas consecuencias potencialmente que encorvarse.
Es hora de regresar la mochila con ruedas a la moda juvenil. He usado una para arrastrar expedientes y libros pesados de vuelta a y al trabajo desde que se inventaron estas mochilas como un producto derivado del equipaje con ruedas que se puso de moda en los años 80.
Durante demasiados años, yo cargué de todo, incluyendo un pesado maletín y abarrotes, sobre mi hombro derecho, lo cual me obligaba a subir ese hombro e inclinarme hacia la izquierda, una posición claramente indeseable. Cuando es inevitable cargar artículos pesados, lo mejor es equilibrarlos a ambos lados del cuerpo.
Entre otros hábitos posturales a evitar están los siguientes, enumerados por el servicio nacional de salud de Reino Unido:
- Pararse con la espalda recta, con la pelvis metida y la baja espalda derecha (la columna normal tiene tres curvas: en el cuello, pecho y baja espalda).
- Pararse con el pecho hacia afuera y las nalgas hacia atrás (la mal llamada postura Pato Donald que exagera la curva lumbar).
- Apoyarse sobre una pierna, lo cual ejerce presión indebida sobre un solo lado de la baja espalda y cadera.
- Doblar la cabeza hacia atrás y sacar el mentón mientras se mira la pantalla de la computadora o televisión. Más bien, baje la pantalla o eleve el asiento.
- Sostener el teléfono sobre el hombro. Mejor, use un aparato manos libres como una diadema o Bluetooth.
Mejorar la postura requiere de un esfuerzo consciente y con frecuencia de ejercicios de fortalecimiento y flexibilidad para corregir desequilibrios musculares, según el fisioterapeuta británico Nick Sinfield. Los ejercicios para fortalecer el núcleo, músculos de las nalgas y extensores de la espalda ayudan a corregir una postura encorvada, destacó.