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En Afganistán, muerte de civiles crea dudas sobre fuerzas entrenadas por CIA

David Jolly / New York Times News Service

2015-12-06

Kabul, Afganistán— Una serie de redadas en domicilios particulares por parte de fuerzas afganas de contraterrorismo entrenadas por la CIA resultaron durante el mes pasado en las muertes de al menos seis civiles inocentes, con base en funcionarios del gobierno afgano, reviviendo un tema que ha sido fuente crónica de tensión entre Afganistán y Estados Unidos.
Las muertes ocurrieron durante el curso de tres redadas en la inquieta provincia oriental de Khost, informaron los oficiales, incluido un episodio del 20 de noviembre en el cual una pareja casada fue muerta con dos asesores estadounidenses presentes. Las redadas fueron conducidas por la Fuerza de Protección de Khost, una de las unidades regionales conocidas como equipos de persecución antiterrorismo, creados por la CIA para combatir al talibán, la red Haqqani y Al Qaeda.
La CIA ha entrenado a miles de efectivos afganos para ese tipo de misiones; alrededor de 3,500 tan solo en la Fuerza de Protección de Khost. Pero, desde el principio, algunos oficiales afganos de alto rango los han considerado un problema, vistos sobre todo como gente que no rinde cuentas y enfrenta acusaciones de abusos a los derechos humanos.
La CIA empezó a desmantelar o encoger los equipos a medida que la dependencia empezó un retiro parcial de Afganistán en años recientes. Además, el control de los equipos de persecución fue desviado oficialmente a la dependencia de inteligencia afgana, la Dirección Nacional de Seguridad, de la CIA hace dos años, a instancias de oficiales afganos.
Sin embargo, algunos ahora dicen que las restantes fuerzas afganas de contraterrorismo siguen en su mayoría sin rendirle cuentas al gobierno.
Un ex funcionario del gobierno afgano, quien habló con la condición del anonimato para discutir temas de inteligencia, dijo que la transferencia de autoridad no se había completado en algunos casos. "El principal problema es que hay diversas personas trabajando para la CIA que no quieren trabajar para las fuerzas armadas de Afganistán", acotó el ex oficial.
Hay también inquietudes sobre ex integrantes de los equipos a los que la CIA pagó 2,000 dólares por indemnización de despido. "Eso pudiera causar problemas para nosotros en el futuro", dijo el ex oficial, particularmente si aquellas personas altamente entrenadas iban a terminar del lado equivocado de la ley.
La Dirección Nacional de Seguridad no respondió a solicitudes para comentar al respecto, en tanto oficiales en la oficina del Presidente Ashraf Ghani no respondieron de inmediato a solicitudes para comentar al respecto este miércoles. Un portavoz de la CIA se negó a hacer comentarios.
Un oficial estadounidense, hablando con la condición de mantenerse anónimo para discutir una fuerza de seguridad confidencial, defendió al equipo de persecución de Khost como "uno de los elementos más efectivos que combate al talibán en Afganistán".
El mismo oficial agregó: Este es un grupo integrado por miles de soldados que vienen del área y, por consiguiente, tienen el respeto y discernimiento necesarios para operar de una manera profesional pese al constante combate con el enemigo".
Khost ha sido crucial por largo tiempo en el campo de batalla, ya que es una puerta estratégica para que el talibán y la red Haqqani traigan combatientes a territorio afgano desde sus refugios en las áreas tribales de Pakistán, al otro lado de la frontera. Es también un corredor crucial para Kabul, al tiempo que tanto oficiales estadounidenses como afganos han sentido desde hace ya tiempo que los progresos del talibán allá pudieran representar una amenaza para la capital.
En el más reciente ataque de milicianos en Khost, un ataque con bomba a la vera del camino este miércoles, al parecer apuntado a Habib Khan Taniwal, miembro del consejo provincial, mató a dos personas y dejó heridas a otras siete, incluyendo tres de sus guardaespaldas, informaron oficiales en la provincia. Taniwal sobrevivió.
La primera redada de la Fuerza de Protección de Khost bajo escrutinio ocurrió el 7 de noviembre en el barrio Dery de la capital de la provincia, Ciudad Khost. Llegaron operativos en camionetas de carga e irrumpieron en una casa allá, matando a un hombre de 45 años y a su sobrino, de 17 años de edad; ambos fueron descritos como civiles inocentes por Abdul Wahed Patan, subalterno del gobernador de Khost.
Alrededor de 1,000 personas protestaron por esos asesinatos, intentando cargar los cuerpos de las dos víctimas hasta la capital regional, con base en gente que participó en las manifestaciones. Fueron detenidos por la fuerza de contraterrorismo cuando iban en camino y les ordenaron que volvieran o enfrentaran un posible ataque de tropas estadounidenses, dijeron. Los manifestantes volvieron a casa.
En otra redada en Ciudad Khost, el 11 de noviembre, un hombre de 50 años de edad y su hijo de 26 años fueron muertos erróneamente, con base en Patan y el gobernador de distrito, Jawid Joshan.
En las redadas del 20 de noviembre, la fuerza de Khost, acompañada de dos asesores estadounidenses, llegó en helicóptero cerca de la 1:30 a.m., desmontó y atacó las tres casas en el distrito de Zazi Maidan, con base en Azizulá, el jefe de la policía de distrito.
Una de las casas pertenecía a un soldado del ejército que fue dado de baja recientemente, de nombre Ibrahim Jan. Los vecinos dijeron que Jan había oído ruidos y corrió al exterior con su rifle de asalto para proteger a su familia. Miembros de la fuerza de contraterrorismo habían trepado a su techo, disparándole y matándolo antes de que él disparara. Cuando su esposa corrió a él hacia afuera, ellos también la acribillaron, contaron los vecinos.
No es inusual que los afganos vayan armados, y la policía en Khost a menudo ha permitido que algunas personas en riesgo porten armas para su protección personal. Como ex soldado, Jan más probablemente habría temido que el talibán lo aislara específicamente como uno de sus objetivos.
En otra casa en Zazi Maidan, perteneciente a un hombre de nombre Mia Gul, la Fuerza de Protección de Khost incautó armas y detuvo a dos hombres, Gul y su hermano Rahmat Gul, y los llevó a la base del Campo Chapman en la cercanía, dijeron oficiales locales. Mia Gul fue liberado a la mañana siguiente, pero Rahmat Gul sigue bajo custodia.
Las redadas en hogares han sido largamente una fuente de indignación –y de bajas civiles– para los afganos, y en 2013 comandantes estadounidenses las limitaron marcadamente tras así demandarlo el ex presidente Hamid Karzai.
Sin embargo, incluso después del final formal a la misión de combate de la OTAN el año pasado, ese tipo de redadas se ha vuelto común de nuevo. Oficiales estadounidenses las han descrito como una crucial arma en contra de milicianos, pero las redadas siguen siendo fuente de inquietud cuando salen a la luz.
"Mientras la mal llamada guerra en contra del terrorismo de Estados Unidos es conducida insensatamente en las aldeas y poblados afganos, ciertamente habrá bajas civiles", dijo Aimal Faizi, quien sirvió como portavoz de Karzai y ha sido frecuente detractor del gobierno de Ghani.
"Es la responsabilidad del gobierno afgano proteger a sus ciudadanos", agregó, "pero todo parece indicar que el gobierno de unidad nacional no está considerando casos de bajas civiles en Afganistán que se relacionen con fuerzas estadounidenses".
Ashley Jackson, ex oficial de Naciones Unidas en Kabul y actualmente auxiliar de investigación en el Instituto de desarrollo exterior en Londres, dijo que con la transición a fuerzas encabezadas por afganos, resulta incluso más difícil estudiar las acciones de opacas unidades como los equipos de persecución de contraterrorismo. "Hay cada vez menos transparencia", dijo. "Hay menos enfoque occidental, y a menos gente le interesa".

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