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Película Sicario reabre heridas en una ciudad que trata de avanzar

The New York Times

2015-10-12

Ciudad Juárez— Cuatro cuerpos decapitados cuelgan de un puente como en una carnicería, la grotesca insignia de una ciudad arrasada por los cárteles de la droga. Pasando por el lugar en un convoy de SUVs, Alejandro Gillick, un operativo encubierto en la guerra estadounidense contra el narco, ni siquiera se inmuta.

“Bienvenidos a Juárez”, dice.

Territorio sin ley y enfermizamente violento, el Juárez representado en “Sicario”, la película de acción cuya trama se desarrolla en la frontera y que fue estrenada en Estados Unidos a principios de este mes, es un desértico hoyo infernal.

Pero es el hoyo infernal del pasado, según dicen funcionarios y habitantes de dicha ciudad —un lugar contrastantemente distinto al más seguro y tranquilo Juárez de hoy.

En el transcurso de los últimos dos años, Las condiciones en Juárez han estado mejorando exitosamente, según sus habitantes.

La ciudad está remodelando el pequeño centro colonial, y hay trabajadores que están arreglando las deterioradas casas pintándolas en vivos colores violeta y verde. Otros están haciendo excavaciones en lotes baldíos preparando el terreno para los equipos de construcción, y cientos de fábricas en la ciudad están solicitando empleados a gritos.

Los bares y clubes se encuentran abarrotados, y autos de lujo —una vez ocultos en garajes— hacen sonar sus motores mientras pasean por las iluminadas calles. Lejos está el recuerdo, en su mayor parte, de los días en que la ciudad era azuzada por el crimen perpetrado por el narcotráfico, cuando las personas se apuraban por llegar a sus hogares y encerrarse a la puesta del sol, los negocios eran incendiados y la acumulación de cadáveres era cosa de todos los días.

Por lo cual algunos habitantes se sienten agravados por la manera en que la ciudad es representada en la película.

Enrique Serrano Escobar, presidente municipal de Ciudad Juárez, ha instado a sus ciudadanos a boicotear la película y hasta en cierto momento llegó a amenazar con demandar a los productores por difamación. El presidente municipal, quien aún no ha visto el film, el cual está programado para su estreno en México este diciembre, incluso publicó algunos anuncios en ciertos periódicos estadounidenses, incluyendo el New York Times, expresando su descontento.

“Hay toda una comunidad que está haciendo un gran esfuerzo por restaurar la imagen de la ciudad, y ahora vienen estos para hablar mal de nosotros”, según dijo en una entrevista.

La película es estelarizada por Emily Blunt, quien interpreta a una ingenua agente del FBI que se ve involucrada en una turbia operación en la que participan una constelación de oficiales de la Policía estadounidense y Gillick, interpretado por Benicio Del Toro. En “Sicario,” Juárez, una ciudad de unos 1.5 millones de habitantes, es un tenso y desértico territorio urbano lleno de grafiti y narcotraficantes al asecho.

Pero la película “carece de vigencia”, según dijo Serrano, y se ha dado a conocer “justo cuando nuestra ciudad está tomando una nueva dirección.”

El por qué el crimen en Juárez ha disminuido tan rápidamente aún es debatible: Funcionarios y expertos señalan a una purga de oficiales corruptos de la Policía y funcionarios judiciales, un mejor entrenamiento policiaco, sentencias penitenciarias más severas —incluyendo la introducción de sentencias de cadena perpetua impuestas a los delitos del secuestro, asesinato y extorción— y enérgicas iniciativas de parte de grupos comunitarios. Sin embargo, algunos expertos creen que tal cambio tiene mucho que ver con un acuerdo al que según llegaron los cárteles de Sinaloa y Juárez

Y a pesar de que la violencia se ha atenuado en la ciudad, ésta ha repuntado en otros lugares: El país aún se está debatiendo por la desaparición de 43 estudiantes el año pasado en un poblado rural en el estado de Guerrero, y la violencia de las pandillas convirtió al centro turístico de Acapulco en la ciudad más peligrosa del país el año pasado.

En un correo electrónico, Denis Villenueve, el director de la película, dijo que el film fue concebido en el 2010, cuando la problemática de Juárez estaba en su más alto nivel.

“Nosotros no tuvimos la intención de molestar a los ciudadanos de Juárez con nuestra película”, según dijo Villenueve. “La gente que lucha por la paz se merece nuestro respeto”.

Pero la indignación expresada por Serrano ha encontrado eco entre los habitantes de la ciudad, empresarios, pastores y organizadores comunitarios, quienes están ansiosos por acabar con la mala reputación de la ciudad.

Unas cuantas docenas de manifestantes se reunieron en el puente entre Juárez y El Paso, Texas, el pasado 2 de octubre, con pancartas que declaraban su amor por Juárez y que exigían respeto.

Los miembros de un grupo de Juárez en Facebook, que organiza proyectos comunitarios, debatió en línea sobre si debían ver la película o no —la cual algunos ya la vieron en El Paso— y sobre si los años oscuros de la ciudad son representados de manera precisa.

“La película es dura, pero se basa en la realidad”, según dijo Salvador Cisneros, pintor y decorador de Juárez quien vio la película la semana pasada durante un viaje a Atlanta. “De hecho la realidad es mucho más cruda”.

El cambio en las condiciones de Juárez comenzó en el 2012 y ha sido muy significativo. Los secuestros han disminuido —oficialmente no se ha reportado ni uno sólo en un período de 20 meses— y el índice en los asesinatos ha decaído de hasta ocho al día durante los peores momentos en el 2010 a unos 20 o 30 por mes.

Los negocios y visitantes lo han notado. Los hoteles en Juárez tienen índices de hospedaje cerca del 70 por ciento de su capacidad, tras haber registrado un nivel tan bajo de 20 al 40 por ciento durante el peor período de violencia.

Serrano, el presidente municipal, se ha aliado con la alcaldía de El Paso, viajando en delegaciones en conjunto a ciudades como Detroit y Chicago para promover la inversión.

Pero cambiar la imagen de una ciudad es un proceso lento, y a los empresarios y funcionarios les preocupa que “Sicario” llegue a obstaculizar los prospectos económicos de la ciudad.

“Si vez la película en Estados Unidos o Europa y estás pensando en venir aquí, ¿vendrías de todas maneras?”, según dijo Serrano. “Si estabas pensando en invertir, probablemente ya no lo harías”.

Algunos habitantes de la ciudad dicen que resienten el hecho de que la película no fue filmada en Juárez.

La acción se desarrolla en la frontera entre México y Estados Unidos, pero, debido a inquietudes de seguridad, los productores filmaron la película en Albuquerque, El Paso y la Ciudad de México.

“Al menos que la ciudad salga beneficiada de alguna manera”, dijo Liliana Pérez, una estudiante universitaria que inició la campaña por Juárez en Facebook hace unos meses.

Roberto Herrera, uno de los asociados en una plaza de comidas donde la semana pasada los comensales disfrutaron de tacos y crepas y vieron la película de La Guerra de las Galaxias en una pantalla al aire libre, dijo que el evento atraía a muchos clientes de El Paso los fines de semana y ha sido tan popular que sus asociados estaban por abrir otra plaza de comidas este mes. Herrera teme que la película “Sicario” llegue a desanimar a los visitantes.

“Nuestro temor es que la película ahuyente a la gente”, dijo. “Es muy molesto”.

Sin embargo, Samuel Schmidt, director de El Colegio de Chihuahua, una organización de investigación en Juárez, dijo que las críticas de la película estaban exagerando en el efecto que la misma llegue a tener.

“La imagen de Juárez no es importante para el crecimiento”, según dijo por teléfono. “Por un lado se tiene una poderosa narrativa sobre Juárez, y la gente es muy sensible al respecto”, luego agregó. “Por el otro, se tiene una economía estadounidense, y eso significa que tendremos crecimiento”.

Sergio, quien abrió un negocio para bodas en el 2008, dijo que la presidencia municipal debe aligerar las regulaciones empresariales y promover la ciudad de manera efectiva en lugar de hacer tanto ruido por una película. Caso en cuestión, dijo: Recibió una multa de 250 dólares por haber puesto graba de construcción en su jardín y luego recibió otra multa debido a que una manta publicitaria en su negocio excedía las regulaciones del tamaño.

“El papel del gobierno es atraer a la inversión”, dijo Sergio, quien pidió no revelar su nombre completo debido a que ha sido blanco de la extorción. “Es sólo una película”.

Y dijo que, “No queramos tapar el sol con un dedo. La ciudad aún tiene muchos problemas”.

Los viejos problemas volvieron a surgir el pasado 3 de octubre, cuando un comandante de la Policía, Jesús Eduardo Alemán Medina, fue acribillado afuera de su residencia. La ciudad fue cimbrada por los asesinados de seis mujeres esa misma semana. Aunque las mujeres murieron en circunstancias no relacionadas, estos asesinatos volvieron a traer a colación al espectro de los cientos de homicidios de mujeres que aquejaron a la ciudad en la década de los noventa.

Para muchos en Juárez, los días oscuros no se olvidan. Los habitantes aún se tornan tristes cuando se les pregunta si creen que la ciudad podría volver a vivir ese caos.

El debate sobre “Sicario” ha “vuelto a abrir la herida”, según dijo Pérez, la estudiante universitaria. Ella dijo que probablemente verá la película por pura curiosidad. “Es sólo una obra cinematográfica”, dijo. “Pero duele.”

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