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Estudio desglosa deudas de préstamos estudiantiles en EU

Susan Dynarski / New York Times News Service

2015-09-10

Nueva York— Un aire de misterio ha rodeado por largo tiempo a las deudas financieras que contraen los estudiantes universitarios en Estados Unidos. Sabemos el total de usuarios y su deuda combinada –40 millones de personas deben cerca de 1.2 billones de dólares–, pero más allá de esos números que sirven como titulares, la escasez de datos es frustrante. ¿Quién presta? ¿Quién entra en mora? ¿Por qué algunos deudores entran en angustia? Las respuestas han sido poco claras, dejando a los analistas y a los elaboradores de políticas prescribir los remedios sin un diagnóstico preciso de la enfermedad.
Pero ahora la imagen se ha vuelto mucho más clara.
Ayer, dos investigadores –Adam Looney del Departamento del Tesoro y Constantine Yannelis de la Universidad de Stanford– dieron a conocer un análisis con una nueva base de datos que ofrece mucho más detalle. Ofrece correlaciones de registros sobre préstamos estudiantiles federales con los ingresos de los deudores de registros tributarios (con los detalles de identificación retirados, para proteger la privacidad). Los datos contienen información sobre los deudores y sus montos; a qué institución acudieron los deudores; sus devoluciones y moratorias; y sus ingresos antes y después de la universidad.
Y los datos sugieren que varias percepciones populares de las deudas estudiantiles son incorrectas. La enorme acumulación de préstamos y el subsecuente aumento en la falta de pagos no son encabezados por deudas de más de 100 mil dólares de estudiantes en colegios privados como la Universidad de Nueva York (NYU).
En cambio, los encabezan préstamos de 8 mil dólares en colegios con fines de lucro y, en menor medida, los colegios comunitarios. Las deudas de éstos se han vuelto más comunes en años recientes. Looney y Yannelis estiman que el 75 por ciento de los incrementos en la mora de pagos entre 2004 y 2011 pueden ser explicados por el aumento en la cantidad de deudores en estas instituciones.
No es difícil ver por qué. Los deudores universitarios tradicionales de cuatro años suelen obtener buenos salarios saliendo de la universidad y pagan sus préstamos, incluso durante los años recientes de debilitamiento económico. El deudor común que salió de una institución menos selectiva en 2010 ganó 35 mil dólares anuales. Para aquéllos que salieron de universidades más selectivas, la cifra fue de 49 mil dólares. Esos salarios obviamente no son espléndidos pero son suficientes para que la mayoría de las personas cumpla con sus primeros pagos –y suelen recibir mayores salarios en años subsecuentes.
Los deudores en institutos privados y comunitarios, en contraste, ganan salarios bajos –una media de 22 mil dólares para aquéllos que salieron de la escuela en 2010– y tienen dificultades para pagar su deuda.
Los nuevos hallazgos son consistentes con datos previos –como estadísticas que muestran que las tasas de incumplimiento de pagos son de hecho menores entre los deudores con préstamos grandes que entre los deudores con préstamos pequeños.
Pero los nuevos datos, que se remontan a dos décadas atrás, demuestran lo mucho que ha cambiado el escenario. Actualmente la mayoría de los deudores son más grandes y han acudido a una universidad privada o un colegio comunitario. En comparación, hace una década el deudor típico era un joven tradicional con estudios de cuatro años.

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