Nicole Perlroth / New York Times News Service
2015-07-07
San Francisco— Un grupo de expertos en programación de códigos y decodificación reprendió a agencias de inteligencia y del orden público tanto de Estados Unidos como de Gran Bretaña en un nuevo estudio que evalúa las propuestas gubernamentales en cuanto a conservar un acceso especial a comunicaciones digitales encriptadas.
Ayer martes, el grupo –13 de los mejores criptógrafos, científicos computacionales y especialistas de seguridad a nivel mundial– dio a conocer el estudio, el cual concluye que no existe una solución técnica viable que permita a ambos gobiernos obtener un “acceso excepcional” a comunicaciones encriptadas sin poner los datos más confidenciales e infraestructura crítica del mundo en peligro.
El informe fue dado a conocer un día antes de que James B. Comey Jr., director del FBI, y Sally Quillian Yates, subfiscal general del Departamento de Justicia, se presenten a declarar ante el Comité Judicial del Senado sobre las inquietudes que ellos y otras agencias gubernamentales tienen sobre “oscurecerse”: el temor de que las nuevas tecnologías de encriptación les impidan monitorear las comunicaciones de secuestradores, terroristas y otros adversarios.
Los autores del reporte comentaron que tales temores no justifican poner en riesgo las comunicaciones digitales del mundo.
Dada la vulnerabilidad intrínseca del Internet, señalan, disminuir la encriptación no es viable. Entregar a los gobiernos una llave a las comunicaciones encriptadas también requeriría de un nivel extraordinario de confianza. Ahora que el acceso ilegal a agencias gubernamentales es tan común –de manera más reciente a la Oficina de Manejo de Personal de Estados Unidos, el Departamento de Estado y la Casa Blanca–, los especialistas en seguridad comentaron que no se puede confiar en las autoridades para que pongan tales llaves a salvo de hackers y delincuentes. Agregaron que si Estados Unidos e Inglaterra ordenan la creación de tales accesos, pronto China y otros gobiernos de mercados extranjeros harían lo mismo.
“Un acceso así abriría puertas por las que los delincuentes y naciones-estado mal intencionadas atacarían precisamente a las personas a las que el orden público busca defender”, de acuerdo con el reporte. “Los costos serían sustanciales, el daño a la innovación severo, y las consecuencias para el crecimiento económico difíciles de predecir. Los costos del débil poder de los países en vías de desarrollo y nuestra autoridad moral también serían considerables”.
Pese a que las peticiones del gobierno para obtener acceso excepcional a comunicaciones encriptadas ya han generado muchas críticas por parte de defensores de la privacidad y compañías tecnológicas, el estudio representa el primer análisis minucioso y técnico sobre las propuestas del gobierno a cargo de prominentes criptógrafos y expertos en seguridad.