Alissa J. Rubin / New York Times News Service
2015-07-07
París— Ladrones lograron entrar a una base militar francesa situada en el sur de Francia y escapar con cantidades no especificadas de material para fabricar bombas, no obstante las mayores medidas de seguridad tomadas a raíz del ataque terrorista perpetrado el mes pasado en una fábrica de gas y químicos.
Al anunciar ayer el hurto, el Ministerio de Defensa francés no mencionó los tipos o cantidades del material robado. Pero los funcionarios, quienes informaron que el lunes se descubrió la pérdida, no cuestionaron los reportes periodísticos que indican que se sustrajeron un mínimo de 150 detonadores y cerca de 40 granadas, así como una cifra desconocida de explosivos.
El ministerio señaló que se han abierto dos investigaciones: una sobre el robo mismo y cómo ocurrió y la otra en torno a las medidas de seguridad en sitios similares a lo ancho de Francia, según comunicado.
Se suponía que las medidas de seguridad se habían intensificado tras el atentado del 26 de junio que un hombre que se cree tiene vínculos con extremistas musulmanes efectuó contra una planta química de propiedad estadounidense. Las autoridades informaron que el hombre, Yassine Salhi, de 35 años, decapitó a su jefe antes de provocar una explosión. Fue arrestado.
Los explosivos hurtados, los cuales parecen ladrillos de plástico, y los detonadores que se reportó fueron robados de la base militar pueden juntarse para fabricar una bomba si se conectan a un cable eléctrico, dijo Jean-Vincent Brisset, general de bridada retirado de la fuerza aérea que actualmente es analista en el Instituto para Relaciones Estratégicas e Internacionales.
“Es más que fácil, casi está listo”, dijo, añadiendo: “Cuando se tienen las dos partes, el ladrillo de plástico y el detonador, en dos minutos se hace una bomba”.
La base localizada en Miramas, al norte de Marsella, es el depósito más grande de la región de Provenza, dijo Frédéric Vigouroux, el alcalde de Miramas.
La base está rodeada por dos capas de malla eléctrica y permanece vigilada 24 horas diarias, según notas informativas locales, de manera que no resultó inmediatamente claro cómo logró alguien introducirse sin ser detectado.
“Por lo general hay personas patrullando los muros”, dijo Brisset. “Tenemos muy pocos problemas en nuestros sitios”. Añadió: “Es muy sorpresivo”.
Un portavoz del Ministerio de Defensa, el coronel Gilles Jaron, confirmó los patrullajes regulares en la base donde laboran alrededor de 160 personas, tanto militares como civiles.