Nyt

Visita a Latinoamérica, una prueba para el Papa

William Neuman / New York Times News Service

2015-07-04

Quito, Ecuador— El papa Francisco ha llamado la atención con sus posturas audaces sobre el cambio climático y la inequidad de ingresos. Ayudó a negociar el histórico restablecimiento de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba. Y ha modificado muchas nociones de la Iglesia Católica Romana.
No obstante sus incursiones en la diplomacia internacional y su gran capacidad para forjar su imagen, su viaje a Sudamérica, que iniciará hoy domingo, pondrá a prueba sus habilidades en la que podría ser una tarea mucho más difícil: llevar a los parroquianos a las iglesias y hacerlos que regresen por su cuenta.
Cuando Francisco fue nombrado papa en marzo de 2013, convirtiéndose en el primer pontífice de Latinoamérica, fue considerado por muchos como el tipo de figura que le hacía tanta falta a la Iglesia católica para atraer a su amplia base en los países más pobres.
Su elección hizo hincapié en la importancia que tiene el mundo en vías de desarrollo para el futuro de la iglesia, además de ofrecer una manera de dar marcha atrás a la merma que ha sufrido en Latinoamérica, región que cuenta con casi el 40 por ciento de los católicos del mundo pero que ha experimentado un constante ascenso en el secularismo y otras ramas de la cristiandad.
Al menos, el cambio de tono –por parte de un papa que defiende a los pobres y evita muchos de los lujos de su oficina, además de incluso posar para selfies con sus seguidores– ha hecho aumentar la esperanza de muchos feligreses.
“Antes del papa Francisco, la Iglesia católica estaba fuera de alcance”, comentó Rosario Zúñiga, voluntaria de una iglesia en la ciudad que atribuyó a Francisco un enfoque “nuevo, más humano. Ha tocado temas muy delicados sobre la actitud de la Iglesia hacia sus propios errores, como el abuso sexual”.
Pero una pregunta que persiste en la región es si el cambio de imagen en la cima de la jerarquía producirá resultados en la base.
En Argentina, el país natal de Francisco, el director de una asociación católica señaló que pese a que el papa generó emoción e interés, la asistencia a servicios en iglesias y el número de matrimonios católicos apenas si aumentaron.
“Existe una asimetría”, comentó el director, Justo Carbajales, cardiólogo de 56 años. “Los argentinos han fortalecido sus vínculos con la figura del papa, pero en el caso de la iglesia la historia es muy diferente”.
Aquí en la capital de Ecuador, donde el papa iniciará su visita a Latinoamérica, el arzobispo Fausto Trávez admitió que existe una preocupación por lo que calificó del descenso de la Iglesia católica en las últimas décadas, incluyendo un número a la baja de sacerdotes.
Sin embargo, comentó pensar que la influencia del papa puede verse en una mayor asistencia a misa y un ascenso reciente en el número de seminaristas que buscan convertirse en sacerdotes.
“Con todo lo que dice sobre los pobres y sobre la justicia”, dijo Trávez sobre Francisco, “los jóvenes se sienten motivados”. Agregó que muchos ingresaron al seminario “porque el papa está haciendo cosas que a ellos les gustaría hacer”.

X