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Discurso de Obama en funeral de Charleston evoca visión de Lincoln

Michiko Kakutani / New York Times News Service

2015-07-03

Nueva York— La elegía del presidente Barack Obama para la reverenda Clementa C. Pinckney de la Iglesia Metodista Episcopal Africana Emanuel en Charleston, Carolina del Sur, fue extraordinaria, no sólo debido a que el presidente cantó el estribillo inicial del himno “Amazing Grace” en vivo por televisión, y no sólo debido a su elocuencia al conmemorar a la pastora y a otros ocho parroquianos que fueron asesinados por un hombre armado. La elegía también fue asombrosa debido a que sacó a relucir todos los dones que Obama tiene para expresar su empatía por la búsqueda del intelecto. Y debido a que hizo uso de dichos dones para hablar de las complejidades en torno a la raza y a la justicia, situándolos en un contexto que aludió a la propia visión que Obama tiene de la historia y a la visión panorámica de Estados Unidos que llegaron a tener Abraham Lincoln y el reverendo y doctor Martin Luther King Jr. de ser un país en el proceso de perfeccionarse a sí mismo.
La visión que tiene Obama de la historia de la nación, como algo más que una travesía de dos centurias para hacer que las promesas de la Declaración de Independencia (“que todos los hombres son creados iguales”) se hagan realidad para todos, según su ex escritor de discursos en jefe, Jon Favreau, sugirió en un correo electrónico, es “un sentimiento tanto estadounidense como religioso” –predicho ante la creencia de que los pecadores y un país marcado por el pecado original de la esclavitud pueden superar el pasado por medio de “persistentes, valerosos, y en ocasiones frustrantes esfuerzos”
Para Obama, Estados Unidos es “un constante trabajo en proceso”, una nación fundada sobre la idea de nuevos comienzos, y la perdurable creencia, tal como una vez escribió en un ensayo sobre Lincoln, de que “podemos rehacernos constantemente a nosotros mismos para alcanzar nuestros más grandes sueños”. La elegía de Obama se valió del prisma de la historia para amplificar y cristalizar el significado de la ocasión –un lente angular que recuerda la distancia que el país ha recorrido, desde la época de la esclavitud, la segregación y Jim Crow, y la distancia que aún le falta por recorrer en cuanto a hacer frente a los perdurables prejuicios e inequidades.
En su elegía del 26 de junio, Obama hizo un recuento de la historia de la “Madre Emanuel” de Charleston, Carolina del Sur –de cómo “una iglesia construida por afroamericanos en busca de la libertad” fue quemada debido a que sus fundadores buscaban ponerle fin a la esclavitud”, y de cómo se erigió nuevamente, “como el ave fénix resurgiendo de sus cenizas”, para convertirse en un lugar sagrado, donde King predicaría desde su púlpito.
Obama se expandió en un pasaje del discurso sobre la idea de la gracia y lo convirtió en el tema central de la elegía: la gracia de los familiares de las víctimas del tiroteo encarnada en el perdón que expresaron hacia el asesino; la gracia de la ciudad de Charleston y del estado de Carolina del Sur manifestada en la unión de sus habitantes a la luz de la masacre; la gracia de Dios concedida al transformar una tragedia en una ocasión de renovación, y la tristeza en esperanza.

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