Denise Grady / New York Times News Service
2015-06-30
Nueva York— Son abofeteadas y pellizcadas durante el parto. Les gritan, les niegan el medicamento para el dolor; son desatendidas y obligadas a compartir cama con otras mujeres que acaban de dar a luz. Y ésa es tan sólo una lista parcial de los abusos y humillaciones que sufren las mujeres de todo el mundo en el proceso de convertirse en madres.
Un nuevo estudio basado en información de 34 países, publicado en la revista PLOS Medicine, reveló que “muchas mujeres a nivel mundial reciben una mala atención durante el trabajo de parto, incluyendo abusos, descuidos y faltas de respeto”.
Este tipo de maltrato puede alejar a las mujeres de los hospitales y minar las metas internacionales en cuanto a reducir el número de muertes durante el parto –actualmente de alrededor de 300 mil al año. La mayoría de las muertes maternas son prevenibles: son ocasionadas por problemas que pueden ser tratados, como sangrados, infecciones y alta presión sanguínea. A menudo, para salvar la vida de las mujeres, la atención debe ser rápida y experta.
Funcionarios de salud señalan que la clave para reducir la mortalidad materna es aumentar el número de mujeres que dan a luz en hospitales y no en casa. Sin embargo, las mujeres evitarán los hospitales si temen sufrir abusos en su etapa más vulnerable.
“Imaginar que las mujeres sean maltratadas en esta época tan especial es algo devastador”, comentó Meghan A. Bohren, asesora de investigación de la Organización Mundial de la Salud y la principal autora del nuevo reporte.
En 2014, un comentario en la revista The Lancet por parte de investigadores de la Universidad de Columbia señaló que el problema de los abusos en la atención “está sumamente arraigado en los servicios de maternidad de muchos países”.
Bohren comentó haber trabajado con problemas de salud femenina en Ghana, Sudán, Uganda, Guinea y Nigeria, donde escuchó relatos estremecedores de maltrato contra mujeres, además de encontrar ese tipo de reportes en estudios realizados por otros investigadores.
Agregó que pese a que muchos de los abusos ocurrieron a nivel personal entre trabajadores de salud y pacientes, parte de la culpa también queda en manos de los hospitales y los sistemas de salud. El personal insuficiente, la mala capacitación y la falta de supervisión pueden contribuir al problema, al igual que la falta de suministros, agua y electricidad. Un problema de mayor peso es la situación y la falta de respeto que de por sí enfrentan las mujeres en muchas culturas.