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Arizona compensa a familias de bomberos que murieron en incendio de 2013

Fernanda Santos / New York Times News Service

2015-06-29

Phoenix— Parientes de algunos de los 19 bomberos que perdieron la vida en uno de los incendios más letales del país se reunieron ayer con funcionarios estatales para dar a conocer arreglos en dos casos legales contra la División de Silvicultura del Estado de Arizona, la agencia responsable de los bomberos el día que murieron.
Los acuerdos, dados a conocer justo antes del segundo aniversario del incendio, incluyen pagos para las familias y el reconocimiento de que las malas decisiones de los comandantes pudieron al equipo de bomberos de elite, los Granite Mountain Hotshots, en mayor riesgo.
La división de Silvicultura también aceptó, como parte de los arreglos, mejorar la capacitación para sus comandantes y bomberos, poner a prueba mejor equipo de rastreo y ofrecer lecciones específicas sobre los efectos de las temporadas secas y más cálidas sobre los terrenos, todo como parte de un proyecto nacional.
“Lo importante no era ganar a toda costa”, comentó en entrevista el fiscal general de Arizona, Mark Brnovich, quien supervisó las negociaciones. “Lo importante era hacer lo correcto”.
Los arreglos pusieron fin a más de un año de negociaciones con las familias, su abogado, funcionarios forestales y la División de Seguridad y Salud Ocupacionales de Arizona, la cual llevó a cabo una investigación que puso en evidencia el caos que prevaleció en las horas posteriores a la muerte de los bomberos.
Pese a que los arreglos no responsabilizan de manera formal a la agencia forestal de los decesos, dan a las familias un fuerte sentido de vindicación, además de una valoración crítica de la toma de decisiones de los comandantes.
De acuerdo con uno de los arreglos, los comandantes “no hicieron una reevaluación, no reestablecieron prioridades ni actualizaron las estrategias y planes de control de incendios una vez que el comportamiento del siniestro y las condiciones climatológicas cambiaron de manera drástica”, exponiendo así a los bomberos a los “graves peligros” que planteaban las llamas feroces y de rápida expansión. En su mayor parte, dejaron a los bomberos a su suerte conforme una tormenta eléctrica desvió el incendio hacia donde se encontraban.
“Finalmente ha terminado”, comentó Roxanne Warneke, quien estaba embarazada cuando perdió a su esposo, Billy, en el incendio. “Quería que la muerte de Billy tuviera algún significado, poder sacar algo bueno de ella, y ahora empiezo a ver los resultados”.
Daniel Scarpinato, portavoz del gobernador Doug Ducey, indicó que el mandatario se encontraba “emocionado” por los arreglos, añadiendo que se realizaron “cambios delicados a políticas para el manejo de incendios”.
El incendio inició el 28 de junio de 2013, cuando un rayo hizo contacto con un montón de maleza seca al oeste de Yarnell, población de 600 habitantes en el centro de Arizona. Los miembros del equipo murieron dos días después luego de que la tormenta arrojara una masa de llamas en su contra, dejándolos atrapados en el fondo de un cañón.

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