Rick Gladstone / New York Times News Service
2015-05-29
Nueva York— Con la creciente frustración en torno al desvergonzado pillaje y tráfico de artefactos en Medio Oriente perpetrado por el Estado Islámico, los miembros de la Organización de las Naciones Unidas acordaron el jueves tomar nuevas medidas con la intención de frenar y procesar a los contrabandistas de antigüedades, asegurar la recuperación de tesoros antiguos robados y combatir lo que los diplomáticos describen como “genocidio cultural”, una nueva táctica de guerra para esparcir el odio y erradicar la herencia cultural de las civilizaciones.
La resolución, adoptada de manera unánime por la Asamblea General conformada por 193 naciones, se enfoca en la amenaza contra Irak. Pero se extendió hasta convertirse en la condena más amplia a nivel internacional de la destrucción cultural y vandalismo perpetrados por los combatientes del Estado Islámico, quienes se han videograbado utilizando excavadoras, explosivos y marros para destruir algunos de los más preciados sitios arqueológicos en el mundo.
Todos estos sitios se encuentran en o cerca de la ciudad de Mosul, al norte de Irak, la cual fue tomada por el Estado Islámico el año pasado, pero la invasión del grupo, hace una semana, sobre la histórica ciudad siria de Palmira, conocida por sus antiguas ruinas, activó nuevas alarmas.
Los funcionarios iraquíes, quienes fungieron como importantes partidarios de la resolución, han dicho que los militantes del Estado Islámico buscan vender lo que no pueden destruir, y el embajador de la ONU de dicho país, Mohamed Ali Alhakim, dijo que el grupo extremista recauda hasta 100 millones de dólares anualmente del tráfico de antigüedades. Aunque la procedencia de dicha cifra no ha sido dada a conocer, los oficiales de la Policía internacional dijeron que el saqueo de antigüedades en países arrasados por la guerra era un negocio muy lucrativo.
Jan Eliasson el subsecretario general, dijo que la resolución era una reacción a “una forma de extremismo violento que busca destruir el presente, pasado y futuro de la civilización humana”. La destrucción fue lo más estremecedor, dijo, debido a que ha estado sucediendo en Irak, “la cuna de la civilización mesopotámica”.