Mitch Smith y Matt Apuzzo / New York Times News Service
2015-05-26
Cleveland— El Departamento de Policía de Cleveland, que se ha convertido en detonante de un fuerte debate racial sobre las tácticas de las autoridades, aceptó seguir algunos de los estándares más estrictos del país en cuanto a cuándo y cómo sus agentes pueden hacer uso de la fuerza, y aceptará ser supervisado de cerca para garantizar que tales reglas no sean ignoradas, según informaron ayer funcionarios locales y federales.
El acuerdo forma parte de un arreglo con el Departamento de Justicia sobre lo que funcionarios federales han calificado de un patrón de políticas inconstitucionales y abuso. El Departamento de Justicia averiguó que los agentes de Cleveland utilizaron pistolas paralizantes de manera inapropiada, golpearon y patearon a personas no armadas, además de disparar contra personas que no representaban una amenaza. Los incidentes a menudo no fueron reportados ni investigados, según determinaron investigadores.
“Hay mucho trabajo por hacer, en todo el país y en Cleveland, para volver a generar confianza entre los funcionarios del orden público y las comunidades a quienes sirven donde se haya degenerado, pero es algo que puede hacerse”, comentó Vanita Gupta, quien encabeza la división de Derechos Civiles del Departamento. “El acuerdo de hoy debe fungir como un modelo para quienes buscan abordar problemas similares en sus comunidades”.
En conferencia de prensa para dar a conocer el acuerdo, la cual inició minutos después de que un grupo de miembros del clero y feligreses se manifestaran de manera pacífica por el centro exigiendo cambios al sistema de justicia, el alcalde Frank Jackson comentó que el arreglo permitirá que los cambios necesarios sean implementados de manera rápida y amplia.
El acuerdo “nos da la estructura y las herramientas que necesitamos para contar con una reforma integral más que hacer una cosa a la vez”, dijo Jackson, quien mencionó los esfuerzos que ya se encuentran en curso para dotar a los agentes de cámaras corporales y otras estrategias.
En un momento en el que el gobierno de Obama se ha lamentado de la falta de información en torno al uso de la fuerza por la Policía, Cleveland aceptó documentar cada vez que los agentes hagan uso de sus armas. Supervisores de la Policía investigarán el uso de la fuerza de la misma manera en que los agentes investigan delitos.
“Un objetivo fundamental de la revisión a la política sobre el uso de la fuerza será dar cuenta, revisar e investigar cada caso que se reporte”, señala el acuerdo.
Las reglas prohíben a los agentes hacer uso de la fuerza contra la población por contestar a los agentes o como castigo por huir. Los golpes con arma de fuego quedan prohibidos, al igual que los disparos de advertencia, según el acuerdo. El gobierno de la ciudad aceptó permitir que un organismo independiente dé seguimiento a los avances. Si la ciudad no hace entrar en vigor los cambios estipulados en el arreglo, un juez federal contará con autoridad para exigirlos.