Dennis Overbye / New York Times News Service
2015-05-06
Nueva York— Viajando al pasado hasta el momento cuando aparentemente el Universo tenía un gran ímpetu, este martes un grupo de astrónomos reportaron haber medido en forma confiable la distancia de una de las galaxias más lejanas y, por lo tanto, más antiguas.
La galaxia, situada a más de varios miles de millones de años luz en el otro lado de la norteña constelación el Pastor, es una de las más enormes y brillantes de principios del Universo y lleva el nombre de EGS-zs8-1. Hace 13 mil millones de años alcanzó el estrellato –apenas 670 millones de años después del Big Bang.
Ya mide cerca de la sexta parte de la Vía Láctea, la cual tiene una antigüedad de 10 mil millones de años. Y está creciendo, produciendo estrellas a 80 veces más velocidad de lo que las hace hoy en día la Vía Láctea. Paschal Oesch de la Universidad de Yale y sus colegas reportaron el hallazgo en el Boletín de Astrofísica.
Según las reglas del universo en expansión, entre más lejos se encuentre una galaxia, a mayor velocidad está retirándose de nosotros, medida por el “corrimiento al rojo” de su luz que se amplía a longitudes de onda más largas, en forma similar a como la sirena de una ambulancia parece bajar su tono al pasar.
En el transcurso de los últimos años, mientras los astrónomos han competido uno con otro mediante instrumentos como el Telescopio Espacial Hubble, se han localizado galaxias que parecer hallarse aún más distantes. Sin embargo, dichas medidas eran cálculos en base a los colores de los objetos –los denominados corrimientos fotométricos al rojo.
La nueva galaxia sobresalió durante el sondeo de galaxias distantes realizado por los telescopios espaciales Hubble y Spitzer bajo el nombre de CADELS, por las siglas en inglés de Sondeo sobre el Legado Extragaláctico Profundo de Congregación de Cósmica Casiinfrarroja. El corrimiento al rojo del sondeo se midió en forma precisa con un potente espectrógrafo conocido como MOSFIRE –Espectrógrafo Multiobjeto para Exploración Infrarrroja– en el Keck 1, uno de dos telescopios de 10 metros de diámetro ubicados en Mauna Kea, Hawai. Lo anterior lo convierte en el mayor corrimiento al rojo confirmado de esta manera, dijo Garth Illingworth, de la Universidad de California en Santa Cruz, uno de los astrónomos participantes en el estudio.
“En lo referente a corrimientos al rojo, a uno se le ocurre decir: “Enséñamelo”’, dijo. “Inclusive si alguno de nosotros se siente muy seguro de que sea bueno nuestro escurrimiento fotométrico al rojo, los astrónomos quieren ver un espectro. Pero eso es muy difícil de conseguir, aun con el Keck”.
Conocer la distancia permite a los astrónomos determinar otras propiedades de la joven galaxia, como qué tipos de estrellas están formándose en ella y a qué velocidad.