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Estudio vincula calentamiento global con climas extremos

Justin Gillis / New York Times News Service

2015-04-27

Nueva York— El moderado calentamiento global que ya ha ocurrido como resultado de las emisiones producidas por el hombre es responsable de cerca del 75 por ciento del calor extremo diario y cerca del 18 por ciento de las precipitaciones extremas, reportaron científicos ayer.
Especialmente días calurosos, aquéllos que ocurrían una vez cada 30 años antes de la Revolución Industrial, tienen ahora una frecuencia cada seis o siete años, descubrieron los expertos. Tales días calientes podrían convertirse en eventos prácticamente anuales para finales de este siglo si las emisiones contaminantes se mantienen bajo control, agregaron los científicos, y podrían ocurrir varias veces al año de no controlarse.
La nueva investigación se basa en las predicciones de frecuencia y los intentos por responder a esta pregunta: ¿Hasta qué punto son los cambios atribuibles al cambio climático generado por el hombre?
“La gente puede argumentar que tenemos esta clase de climas extremos antes de la influencia humana sobre el clima –lo teníamos hace siglos”, comentó Eric M. Fischer, principal autor de un estudio publicado ayer por la publicación Nature Climate Change. “Y es correcto. Pero ha cambiado y tenemos más climas extremos”.
El estudio por Fischer y su colega Reto Knutti, del Instituto Federal de Tecnología de Suiza en Zurich, no es el primero que atribuye cambios a gran escala en el clima extremo a la influencia humana. Pero es el primero en predecir, a escala global, cómo esos climas podrían cambiar con un calentamiento global continuo.
El planteamiento es importante pues aunque un incremento gradual en la temperatura promedio puede tener profundas consecuencias ecológicas, es el clima extremo el que tiene el mayor efecto en la sociedad humana. Una ola de calor en 1995 produjo el deceso de cientos de personas en Chicago, y otra en 2003 mató a cerca de 70 mil en Europa.
Los científicos estiman que ambas fueron posiblemente desarrolladas por emisiones generadas por el hombre que calentaron la temperatura en el planeta, y el calor a tal escala se convierte en un lugar común si no se combaten esas emisiones. Por ahora, tales extremos de calor –la temperatura en Chicago estuvo cerca o arriba de los 100 grados centígrados durante cuatro días en aquel mes de julio– son aún anómalos, con lo que se hace más difícil estudiarlos con métodos estadísticos.
Para su reporte, Fischer y Knutti se enfocaron en un calor más común y precipitaciones extremas, aquéllas que ocurren cada tres años. Para realizar un estudio global, definieron lo extremo no en una escala absoluta sino en los valores del clima local. Después de todo, un día caluroso en Dakota del Norte podría ser común en Texas.
Estos extremos meteorológicos aún pueden tener consecuencias importantes, incluso si no son tan severas para aquéllos dentro de las olas de calor. Esos días calientes, por ejemplo, pueden reducir la producción agrícola drásticamente y encarecer el precio de los alimentos.
Los investigadores encontraron que el 75 por ciento de los extremos calurosos diarios en el clima actual fueron consecuencia de un calentamiento planetario que ha ocurrido desde el siglo XIX, con un incremento global promedio de 1.5 grados Fahrenheit. Encontraron que hubo un efecto más reducido en las precipitaciones, pero que siguió siendo significativo, con cerca del 18 por ciento de las extremas en el clima actual atribuible al calentamiento global. Lo anterior es un promedio planetario, aclaró Fischer, con algunos efectos siendo mínimos en ciertas regiones y más fuertes en otras.

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