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EU delimita zonas de mayor actividad sísmica por ‘fracking’

Richard Pérez-Peña / New York Times News Service

2015-04-23

Nueva York— En su primera evaluación exhaustiva de la actividad sísmica que se considera causada por la actividad humana, el Servicio Geológico de Estados Unidos dio a conocer un mapa ayer que identifica 17 regiones con niveles significativos de movimientos telúricos generados ante todo por operaciones petroleras y gaseras.
Por mucho, el estado más afectado, según indica el reporte, es Oklahoma, donde los terremotos son cientos de veces más comunes de lo que eran hasta hace unos años.
“Oklahoma solía tener uno o dos terremotos al año de magnitud 3 o mayor, y ahora tiene uno o dos por día”, señaló Mark Peterson, principal autor del reporte. “Oklahoma ahora tiene más terremotos de esa magnitud que California”.
El reporte fue dado a conocer dos días después de que el gobierno estatal de Oklahoma reconociera por primera vez el consenso científico de que los pozos de desecho vinculados con la perforación petrolera y de gas es la principal responsable del enorme incremento de terremotos en la región. El estado presentó un mapa interactivo donde se muestran puntos y lugares de terremotos donde agua tóxica se inyecta al subsuelo, y el Servicio Geológico de Oklahoma declaró que “es muy probable” que esta práctica sea la causante de la mayoría de los terremotos.
Este tema tiene serias implicaciones políticas, económicas y ambientales. Zonas del centro de Estados Unidos han presenciado una explosión en la producción de energéticos y empleos generados, y aunque las industrias petroleras y de gas –y sus aliados en el gobierno– han disputado cualquier vínculo con serios efectos dañinos, críticos se han quejado del incremento en la contaminación del manto acuífero y la actividad sísmica.
La fractura hidráulica, la práctica de inyectar fluidos al subsuelo para romper formaciones rocosas y liberar gas, ha producido una atención generalizada. Pero aún más común –y un factor aún mayor para los terremotos– es la práctica de disponer de agua tóxica, producto de la extracción de petróleo y gas, reinyectándola de nuevo a la tierra.
El reporte del Servicio Geológico federal identifica dos regiones adyacentes como las más afectadas: una principal en el norte de Oklahoma pero que se extiende hasta el sur de Kansas, y la otra que va desde el centro de Oklahoma hasta la frontera con Texas. También en su mapa se encuentran regiones como Alabama, Arkansas, Colorado, Nuevo México, Ohio y Texas donde la actividad humana se contempla como la responsable de los terremotos, aunque su cantidad es mucho menor.
El reporte representa un paso para intentar cuantificar el riesgo de los terremotos causados por el hombre. La evaluación de riesgos de temblores de la agencia usualmente se emplea para dictar códigos de construcción y tasas de aseguradoras, pero calcular el riesgo de los terremotos inducidos es mucho más complicado, señaló Peterson, debido a que “fluctúan de un año a otro, basado en decisiones económicas y políticas, las cuales son muy difíciles de predecir”.
De hecho, el reporte arroja que en lugares donde descendió la inyección de agua tóxica también lo hicieron los terremotos, de modo notable en el área del centro de Arkansas.
Miles de pequeños movimientos sísmicos ocurren todos los años, registradas ante todo en las agujas de los sismógrafos; un temblor de magnitud 3 es sentido por algunos en sus cercanías, pero sólo produce nerviosismo. Pero la escala para medir los terremotos es logarítmica, lo que significa que un magnitud 4 es 10 veces más potente que un magnitud 3, y un magnitud 5 –con suficiente fuerza para producir daños estructurales– es 10 veces más potente que un magnitud 4.

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