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Registra EU 1.5 millones de afroamericanos desaparecidos

Justin Wolfers, David Leonhardt y Kevin Quealy / New York Times News Service

2015-04-20

Nueva York— En Nueva York, casi 120 mil hombres afroamericanos de entre 25 y 54 años se encuentran en calidad de desaparecidos. En Chicago, son 45 mil, y más de 30 mil en Filadelfia. A lo ancho del sur –desde North Charleston, Carolina del Sur, a través de Georgia, Alabama y Mississippi y hasta Ferguson, Missouri– son cientos de miles más.
La razón básicamente es por morir a edad temprana o por encontrarse presos. Resulta notable que las mujeres afroamericanas de entre 25 y 54 años que no están en la cárcel superan por 1.5 millones a sus contrapartes masculinos de dicha categoría, según análisis de Upshot. Por cada 100 mujeres afroamericanas en este grupo de edad que radican fuera de penales, sólo hay 83 hombres del grupo racial. Entre los blancos, el número equivalente es 99, casi el mismo.
Desde hace tiempo, los hombres afroamericanos han tenido más probabilidades de ser encarcelados y de morir jóvenes, pero no deja de inquietar la escala de los factores combinados. Constituye un parámetro en torno a las profundas desigualdades que continúan afectando a los hombres afroamericanos –disparidad que la reciente ola de muertes a manos de la Policía ha puesto en debate–, mientras que por sí misma la brecha de género es una causa más de problemas sociales, dejando a numerosas comunidades sin suficientes hombres para cumplir con la función de padres y esposos.
Quizá la descripción más clara sobre la situación sea ésta: han desaparecido de la vida cotidiana más de uno de cada seis hombres afroamericanos que hoy deben de tener entre 25 y 54 años de edad.
“Las cifras son impactantes”, dijo Becky Pettit, profesora de sociología en la Universidad de Texas.
Y ¿cuál es la ciudad con un mínimo de 10 mil habitantes afroamericanos que posee la mayor proporción de hombre negros desaparecidos? Ferguson, donde el año pasado un fatal tiroteo policial condujo a protestas nacionales y a que el Departamento de Justicia ordenara una investigación en la cual se descubrió una discriminación generalizada contra los habitantes afroamericanos. Ferguson tiene 60 hombres por cada 100 mujeres en ese rango de edad, señaló el economista Stephen Bronars.
La brecha en North Charleston, donde el mes pasado se registró una balacera, también es considerablemente más seria que el promedio nacional, lo mismo que la brecha en el vecino Charleston. En todo el país, generalmente las proporciones más altas de hombres desaparecidos se encuentran en el sur, si bien existen asimismo regiones similares a lo largo de la zona norte-centro estadounidense y en numerosas ciudades del noreste. En el oeste tienden a ser menores las brechas.
El encarcelamiento y las muertes tempranas son los factores predominantes en la brecha. De los 1.5 millones de hombres desaparecidos  de entre 25 a 54 años –lo que los demógrafos conocen como los principales años de la vida–, los índices más altos de encarcelamiento explican casi 600 mil. Casi uno de cada 12 hombres afroamericanos en este grupo de edad se halla tras las rejas, a comparación de uno de cada 60 de dicho rango de edad que no pertenecen a la raza, una de cada 200 mujeres afroamericanas y una de cada 500 mujeres que no pertenecen a la raza.
La mortalidad más alta es la otra causa mayor. En Estados Unidos radican aproximadamente 900 mil menos hombres que mujeres afroamericanas que están en sus años principales, según el censo. Resulta imposible sacer con exactitud qué porcentaje de la diferencia se debe a la mortalidad, pero ésta parece explicar una proporción importante. El homicidio, la causa número uno de muerte entre los hombres afroamericanos jóvenes, desempeña un papel mayor, además de que fallecen por enfermedades cardiacas, enfermedades respiratorias y accidentes con mayor frecuencia que otros grupos demográficos, incluyendo a mujeres afroamericanas.
Varios otros factores –entre ellos servicio militar en el extranjero y la composición por género de los inmigrantes afroamericanos– también influyen en menor medida, indican datos del censo.
La brecha por género no existe durante la infancia: hay aproximadamente el mismo número de niños que niñas afroamericanos. Pero el desequilibrio empieza a aparecer entre los adolescentes, continúa ampliándose en los veinteañeros y alcanza su punto máximo entre los treintañeros. Persiste a lo largo de la vida adulta.
La desaparición de estos hombres tiene implicaciones profundas. Su ausencia trastoca la formación familiar, provocando tanto índices menores de matrimonio como tasas más altas de nacimientos fuera del matrimonio, como han demostrados investigaciones de Kerwin Charles, economista de la Universidad de Chicago, y Ming-Ching Luoh.
Las mujeres afroamericanas que se quedan solas descubren que los posibles compañeros de su misma raza son escasos, mientras que los hombres, quienes disponen de un gran número de posibles compañeras, no deben competir en la misma medida para conseguir una. Como resultado, señaló Charles, “los hombres parecen menos inclinados por comprometerse con relaciones de pareja o por esforzarse para mantenerlas”.
El desequilibrio también ha llevado a las mujeres a depender de sí mismas –a menudo solas– para mantener un hogar. En los estados más afectados por los altos índices de encarcelamiento, las mujeres afroamericanas tienden a trabajar más y a seguir estudiando que en el resto del país.

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