Raphael Minder / New York Times News Service
2015-04-18
Girona, España— Salvador Dalí llevó el tipo de vida excéntrica y sensacionalista que podría esperarse de uno de los mayores pintores surrealistas.
Sin embargo, un cuarto de siglo después de la muerte de Dalí, Pilar Abel, quien se dedica a leer las cartas, está decidida a dar un giro más a la historia de Dalí. Quiere que un tribunal la reconozca como su hija –y quizá que le otorgue una parte de los cientos de millones de euros en pinturas que Dalí legó al Estado español a su muerte en 1989.
De acuerdo con la demanda de paternidad de Abel, interpuesta en un tribunal de Madrid en marzo, su madre sostuvo una “aventura clandestina” con el pintor en la década de 1950 en Port Ligat, la aldea pesquera en la que Dalí y Gala, su esposa rusa, construyeron su casa frente al mar.
La madre de Abel, Antonia Martínez de Haro, pasó varios veranos en la aldea, trabajando en su mayor parte como niñera para familias que vivían cerca de la casa de Dalí.
Abel, de 59 años, declaró en entrevista que luego de que su madre se embarazó, rápidamente se casó con otro hombre y tuvo otros dos hijos con él. Abel agregó que la primera en informarle que Dalí era su padre fue su abuela a los 8 años.
Luego esperó hasta hace aproximadamente siete años para tocar el tema con su madre. “Me dijo que sí, pero que no quiso darme una mala imagen sobre ella”, dijo Abel.
Dalí murió siete años después que Gala, con quien tuvo una relación poco ortodoxa y sin hijos, la cual incluyó la mudanza de ésta al castillo que se yergue sobre Púbol, una aldea catalana, y dar a Dalí el derecho a visitarla únicamente mediante invitación por escrito.
Al interponer la demanda, Abel señaló querer ser reconocida como hija de Dalí y “después de eso, lo que sea que me corresponda”. La demanda de Abel menciona al Estado español y a la fundación que se estableció para administrar el patrimonio de Dalí.
Su abogado señaló no haber calculado lo que le correspondería, pero señaló que España heredó pinturas de Dalí por un valor estimado de 300 millones de euros, o alrededor de 325 millones de dólares.
El Ministerio de Cultura de España indicó no poder hablar sobre el valor monetario del patrimonio de Dalí, calificado por una portavoz como “un activo de un valor cultural extraordinario”. La fundación se negó a hacer comentarios sobre la demanda.