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Percepción de clase media genera estrés y ansiedad

Patricia Cohen / New York Times News Service

2015-04-10

Nueva York— No se trata nada más de lo que uno tiene, sino de cómo se siente.
En lo referente a formar parte de la clase media, los ingresos y activos conforman sólo parte de la definición. Casi nueve de cada 10 personas se consideran pertenecientes a la clase media, según se determinó en un reciente sondeo realizado por el Centro de Investigaciones Pew, independientemente de si sus ingresos quedan cerca de la clasificación de pobreza o se encuentran en el estrato superior de la población.
“El ingreso medio no es necesariamente lo mismo que clase media”, dijo Rakesh Kochnar, investigador en el Pew. Incluso al reducirse la proporción de hogares de clase media, sigue siendo extensa la identificación de la gente con este estrato.
Lo anterior se debe a que entre los estadounidenses el concepto de clase media implica tanto aspiraciones como situación financiera. Pero la perspectiva que alguna vez se caracterizó por la comodidad y el optimismo cada vez contiene asimismo más estrés y ansiedad.
Parte de la razón tiene que ver con empleos perdidos e ingresos estancados. Al mismo tiempo, el entorno psicológico –la forma en la cual se sienten los estadounidenses acerca de su seguridad y sus perspectivas– y el sociológico –cómo se ven a comparación con sus padres, amigos, vecinos y colegas–, resultan tan importantes como los criterios meramente económicos. Y en ambos parámetros, los estadounidenses de clase media dicen estarse sintiendo cada vez más vulnerables.
“Existe una diferencia muy grande entre la autodefinición sicológica de clase y cualquier cosa que se acerque a una definición económicamente útil sobre la clase”, dijo Richard Reeves, investigador de estudios económicos en el Instituto Brookings. “A final de cuentas, las políticas dependerán de manera muy importante de lo que uno quiere decir cuando está hablando acerca de la clase media y a quiénes se refiere con esto”.
Varios factores han propiciado la ansiedad de la clase media: la mayor inestabilidad de los ingresos, la sensación de muchos estadounidenses de que no han estado a la altura de los avances de las generaciones previas, así como la creciente brecha entre ellos y los muy ricos.
En un reciente reporte presentado por economistas del Banco de la Reserva Federal de San Luis se concluyó que “las familias que no son ni ricas ni pobres podrían estar ante una mayor presión económica y financiera de lo que sugerirían parámetros simplistas basados en el rango en torno a las percepciones o la riqueza”.
En el estudio, realizado por William R. Emmons y Bryan J. Noeth, se descubrió que una de las razones por las cuales los estadounidenses se consideraban en problemas era el hecho de que sus ingresos reales no habían avanzado en forma significativa con respecto a los de sus padres pese a haber alcanzado niveles educativos más altos, mientras que a quienes habían igualado los logros de sus padres les estaba yendo peor.
Como dijo J. Bradford DeLong, economista en la Universidad de California en Berkeley: “Las personas que pensaban que estaban subiendo en la escala económica están encontrándose con que no tienen ingresos reales superiores. Y quienes creían ser sociológicamente estables están dándose cuenta de que son más pobres”.
No existe una clase media única, sino numerosas clases medias. Sin embargo, dicen los expertos, lo que todas ellas requieren en última instancia es la sensación de seguridad económica.
“Si no hay seguridad no hay clase media”, opinó Thomas Hirschi, sociólogo de Cornell y autor de “En busca del sueño americano”.    
Esa sensación de seguridad se ha deteriorado por varios factores. Los ingresos medios per cápita se han mantenido constantes desde 2000, ajustados a la inflación. La familia norteamericana típica gana ligeramente menos que las familias típicas de hace 15 años. Y pese a que muchos productos se han vuelto más baratos o mejores, el costo de tres de los mayores gastos de la clase media –vivienda, universidad y atención médica– ha ascendido mucho más rápido que la tasa de inflación.

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