Nacional

Da México a caravana una buena bienvenida, pero no siempre ha sido así

The New York Times

2018-11-10

Ciudad de México.- La caravana de centroamericanos que salió de Honduras hacia la frontera de Estados Unidos, partió de la Ciudad de México durante la fría madrugada de este sábado.
Durante la semana pasada, la gigantesca capital, que se enorgullece de ser un santuario para los refugiados, convirtió un estadio deportivo en un campamento para unos 5 mil migrantes y les ofreció todo tipo de servicios.
Médicos y dentistas les proporcionaron sus servicios gratuitamente, los niños pasaron las mañanas dibujando y coloreando. Un grupo de mariachis tocó después del desayuno, los jóvenes estuvieron hablando con los boxeadores retirados, mientras unos luchadores enmascarados dieron su espectáculo durante una comida.
Aunque no siempre ha sido de esta manera. Durante décadas, varias administraciones han utilizado unas medidas severas para controlar las fronteras de México. Pero ahora, al recibir a la caravana se ha echado abajo la idea contraria y se ha reconocido que las leyes de asilo del país requieren que el gobierno proteja a los migrantes.
El objetivo de los migrantes es llegar a Tijuana, que está al otro lado de la frontera con San Diego, una ruta que evita los Estados plagados de crímenes en el noreste de México.
Por otra parte, a unas cuantas millas al norte de la frontera con Guatemala, la policía federal y agentes de inmigración detuvieron a un grupo de unas 250 personas, mayormente hombres de El Salvador --- y los trasladaron en autobuses a un centro de detención de migración.
Al parecer, a este grupo no se le dio la misma bienvenida que a la primera caravana ni a otras dos subsiguientes.
Estos conflictivos enfoques han ocurrido porque el presidente Trump sigue insistiendo en que esa caravana, que huye de la pobreza, violencia y represión política, representa una amenaza a la seguridad de Estados Unidos.
Miembros de la caravana no le han puesto atención a las declaraciones de Trump.  Muchos de ellos no van a buscar asilo porque lo que quieren es conseguir trabajo en ese país.
“Tenemos que luchar, tenemos que intentarlo. Dios mueve montañas”, comentó Agustín Ramírez, un hombre hondureño que trabajaba en un aserradero.
“Trump le ha dado prioridad a la detención de migrantes sobre el nuevo acuerdo comercial con México y Canadá, pero el gobierno de López Obrador ha dicho que no le va a hacer el trabajo sucio a Estados Unidos”, comentó Carlos Heredia, economista que estudia la migración para el CIDE, una universidad de la Ciudad de México.
“ES cierto que va a haber un enfrentamiento entre Washington y López Obrador. Pero cualquier cosa que haga México nunca será suficiente. Trump seguirá subiendo el estándar”.
Mientras los migrantes se preparaban para abandonar el campamento en la Ciudad de México, abogados estadounidenses arribaron al estadio para explicarles las complejidades del proceso de asilo en Estados Unidos.
“A ellos no les importa que ustedes sean pobres ni que sean buenas personas”.
Sin embargo, esos consejos recibieron poca atención, ya que los migrantes dijeron “Ya los escuchamos y vamos a seguir adelante”.
Los abogados insistieron en que sería mejor que busquen asilo en México pero la opción fue poco atractiva para muchos de ellos.
“No tenemos miedo. El temor ya murió en nosotros”.

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