Nacional

Ven en el '68 precipitador de cambios

Reforma

2018-09-28

El Movimiento del 68 fue un precipitador de cambios, pero el País aún vive en un piso frágil, plagado de injusticias, corrupción, impunidad y desigualdad, señalaron especialistas y autoridades.
Para el analista José Woldenberg, en 50 años los derechos políticos se transformaron.
Incluso, consideró, recientemente se concretaron dos elementos que faltaban: un proceso electoral imparcial y elecciones limpias.
Sin embargo, advirtió, México no llegará al paraíso hasta terminar con flagelos como la impunidad y desigualdad, así como garantizar crecimiento económico.
"Llegamos a una germinal democracia plagada de problemas y retos. No fue ni podría ser una llegada al paraíso, entre otras cosas, porque el paraíso no existe, pero no hay duda que la diversidad política del País hoy se expresa, recrea, convive y compite como no lo hacía hace 50 años", expuso.
"Pero si no deseamos que el desgaste de las instituciones siga incrementándose, es necesario atajar y sancionar los fenómenos de corrupción que restan credibilidad a las instituciones, frenar la espiral de violencia que ensombrece la vida social, revertir el deficiente crecimiento económico que impide formar un horizonte venturoso a millones de jóvenes y combatir las terribles desigualdades que generan rencor".
Durante el panel "El 68 y su impacto en materia de derechos humanos", organizado por el Suprema Corte para conmemorar los 50 años del movimiento universitario, Woldenberg insistió en que la libertad se ejerce con mayor intensidad, pero para que la democracia no se convierta en un malestar, se deben atemperar desigualdades.
"Nuestra reciente democracia descansa en un piso frágil, una marcada desigualdad social que es fuente de tensiones sin fin y si queremos que el malestar en la democracia no se convierta en un malestar con la democracia, es imprescindible atemperar las desigualdades y desterrar la pobreza en la que vive la mitad de la población y que impide que estos puedan ejercer su derechos nominales a plenitud", agregó.
En tanto, el presidente de la Suprema Corte de Justicia, Luis María Aguilar, dijo que el 2 de octubre es más que una fecha en el calendario: es recordar que el futuro de los jóvenes no debe truncarse ni ensombrecerse, sino que se les debe escuchar siempre, abrir espacios de diálogo y concordia.
"El Movimiento del 68 sirvió como precipitador de los cambios. Hoy tenemos un País diferente, con nuevas necesidades y nuevos retos. La tarea de hoy es diferente, pero el compromiso es el mismo: seguir avanzando en la agenda de los derechos, particularmente de quienes por décadas tuvieron negados u obstaculizados sus derechos", planteó.
Al panel también asistió la escritora Sandra Lorenzano, quien lamentó que el '68 no hubiera hecho eco con algunos sectores, que motivaron que desaparecieran 43 estudiantes de Ayotzinapa.
No obstante, destacó que a 50 años también hay avances en la participación de las mujeres y existe mayor consciencia en el sector de que deben luchar por sus derechos.
Mientras que Rolando Cordera, coordinador del Programa Universitario de la UNAM, aseguró que aún falta lograr una convivencia plural, que se traduzca en cooperación social y democracia política.
El foro arrancó con la participación de un niño chiapaneco, quien recitó el "Memorial de Tlaltelolco".

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