Nacional

Para muchos migrantes LGBT, la frontera no es un refugio

The New York Times

2018-07-11

Tijuana— Jade Quintanilla había viajado desde El Salvador hasta el extremo norte de México en busca de auxilio y seguridad, pero desde que llegó a esta ciudad fronteriza habían pasado cinco meses y aún estaba demasiado asustada para cruzar a Estados Unidos y solicitar asilo.
La violencia y la persecución en América Central han traído a esta encrucijada a numerosas mujeres transgénero como Quintanilla, junto con innumerables otros migrantes de la comunidad lesbiana, gay, bisexual y transexual (LGBT). Están desesperados por escapar de la inestable región donde constituyen claro blanco de ataques.
Sin embargo, a unas cuantas millas de la frontera, Quintanilla, de 22 años, vaciló. “He ido muchas veces a la frontera y me he regresado”, dijo en la casa grupal donde estaba viviendo. “¿Y si me preguntan por qué aceptar a una persona como yo en su país? Pienso mucho en eso. Sería como ponerme una bala en la cabeza, si llego y me dicen que no”.
Aunque la administración Trump ha endurecido las regulaciones relativas a los requisitos de asilo relacionado con la violencia de las pandillas y el maltrato doméstico, los migrantes aún pueden solicitar asilo por ser perseguidos por identificarse como alguien LGBT. Pero dista de haber certeza en las posibilidades de éxito, mientras que para los migrantes que son lesbianas, gays, bisexuales o transexuales resulta particularmente arriesgada la travesía para alcanzar siquiera la frontera estadounidense.
En especial las mujeres transexuales se topan en México con abuso y hostigamiento persistentes por parte de narcotraficantes, agentes de inmigración y otros migrantes, de acuerdo con abogados y activistas. En cuando llegan a Estados Unidos, por lo regular también afrontan dificultades.
No existen estadísticas en torno al número de migrantes LGBT que piden asilo al año o de su tasa de éxito, pero abogados y activistas sostienen que anualmente por lo menos cientos de personas gay, lesbianas y transexuales solicitan asilo.
Al sopesar si arriesgarse a viajar al Norte, muchos migrantes centroamericanos homosexuales, lesbianas, bisexuales y transexuales le apuestan a que el camino no puede ser peor que lo que están dejando.
Víctor Clark Alfaro, experto sobre inmigración de la Universidad Estatal de San Diego que trabaja en Tijuana, señaló haber notado en los últimos años una cantidad más alta de personas abiertamente LGBT que hacen la travesía en busca de asilo. Dijo que a menudo en Centroamérica y en México son víctimas de poderosos grupos delictivos —y también de vecinos, policías y extraños intolerantes.
Las alertas sobre migrantes transexuales víctimas de negligencia y abuso estando bajo resguardo de Estados Unidos han intensificado los temores de Quintanilla y otros migrantes transexuales. En el reporte que Human Rights Watch hizo en el 2016 se describían detalladamente los generalizados acosos y agresiones sexuales registrados en los centros de detención, con base en entrevistas a docenas de mujeres transgénero.
“Muchos hombres homosexuales experimentan amenazas y ataques físicos y a veces ataques sexuales. Las mujeres

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