Reforma
2018-07-06Washington— La decisión del virtual ganador de la elección presidencial, Andrés Manuel López Obrador, de nominar a Marcelo Ebrard como eventual canciller permitirá al próximo Gobierno de México explotar relaciones que él ha construido en Estados Unidos durante casi 20 años.
Como titular de Relaciones Exteriores, Ebrard deberá coordinar la política ante la Administración del presidente Donald Trump en temas como migración y seguridad para lo que echará mano de vínculos privilegiados, incluido el exalcalde neoyorquino Rudy Giuliani.
Actual abogado personal de Trump para lidiar con la trama rusa, Giuliani es un viejo conocido de Ebrard, pues en 2003, como secretario de Seguridad Pública del entonces Distrito Federal, lo contrató para una asesoría.
"Giuliani tiene una gran relación con Marcelo Ebrard y lo considera una maravillosa persona para trabajar. Es una gran cosa que ahora esté en un nuevo puesto como Ministro de Exteriores", dijo a Reforma John P. Huvane, presidente de Giuliani Security & Safety.
De ser confirmado por el Senado, una vez que López Obrador asuma el poder en diciembre, Ebrard deberá enfrentar lo que observadores consideran una Administración estadounidense hostil hacia México en asuntos como comercio y seguridad fronteriza.
"Marcelo tiene la suficiente destreza para representar los intereses de México y, al mismo tiempo, trabajar con una Administración que es claramente hostil a México y con la que México tiene que lidiar", comentó Antonio Villaraigosa, exalcalde de Los Angeles, California.
Exjefe del Gobierno entre 2006 y 2012, Ebrard trabó amistad con los alcaldes de varias ciudades estadounidenses, incluido a Villaraigosa, con quien desarrollo programas conjuntos.
Sin embargo, los vínculos del eventual nuevo canciller se extienden también al Partido Republicano.
"(Ebrard) está entre los más capaces y conocedores individuos con los que he tratado. También es una de las contrapartes más duras: él sabe cómo negociar y juega para ganar", dijo Tony Garza, exembajador del Gobierno de George W. Bush en México.
Luego de su gestión como presidente de la Red Global de Ciudades Seguras de Naciones Unidas, entre 2012 y 2014, y tras su infructuosa competencia por la presidencia del PRD, en 2016 Ebrard llegó a EU, donde se involucró en la política.
Ebrard colaboró con diversos grupos vinculados al Partido Demócrata a nivel estatal en EU --y a la campaña de la candidata Hillary Clinton-- para motivar el voto de los latinos en la elección presidencial de 2016 frente a Trump.
"Fue tras escuchar a Donald Trump hablar que me decidí a involucrarme mucho más. Más allá de sólo dar opiniones. El riesgo que presenta el señor Trump, las cosas que dice en particular sobre México...son cosas que no he encontrado antes", dijo entonces Ebrard a la revista "The New Yorker".
Graduado en relaciones internacionales por El Colegio de México y con una especialidad en administración de la École Nationale d'Administration (ENA) en Francia, Ebrard es considerado en EU como integrante del círculo de López Obrador con más conocimiento internacional.
"Ebrard es de los políticos más experimentados de México y de los más cosmopolitas también. Como Jefe de Gobierno logró posicionar a la Ciudad de México como una ciudad global, tejiendo relaciones alrededor del mundo. Llega con mucho conocimiento de los temas internacionales", dijo Andrew Selee, presidente del Migration Policy Institute (MPI) en Washington.
La primera gran prueba de política exterior para Ebrard llegará el 13 de julio próximo, cuando el Secretario de Estado de EU, Mike Pompeo, realice una visita oficial a México, en la que tendrá un encuentro con López Obrador.