Nacional

El ambicioso plan de AMLO depende de 'economista en jefe'

El Diario de Juárez

2018-06-04

El candidato presidencial puntero en México tiene un abrumador desafío que mantiene despierto por las noches a quien sería su secretario de Hacienda: encontrar cada año aproximadamente 20 mil millones de dólares para aumentar el gasto social y la inversión pública sin aumentar los impuestos ni la deuda, publicó The Wall Street Journal.
El izquierdista y nacionalista Andrés Manuel López Obrador ha señalado que de ganar en julio, como pronostican los sondeos que se han publicado, haría a Carlos Urzúa el llamado para asumir la enorme tarea.
“Me dedicaré a encontrar el dinero que necesitamos”, dijo Urzúa, profesor de economía de 62 años con doctorado de la Universidad de Wisconsin.
Las inquietudes en torno a los controles fiscales mantienen a los inversionistas cautos respecto a AMLO, quien lleva cerca de 18 puntos de ventaja sobre su adversario más cercano.
El ambicioso plan que el candidato tiene de financiar los programas sociales y proyectos de infraestructura recortando otros gastos gubernamentales no es realista, según numerosos economistas, amentado el temor de que si López Obrador llega a ser presidente se suavicen las promesas de campaña de disciplina fiscal.
“Conseguir esos ahorros sería una sorpresa positiva”, dijo Alonso Cervera, economista para Latinoamérica en Credit Suisse. “Si no, creo que probablemente ellos prefieran aumentar el déficit presupuestal en vez de incumplir las promesas de campaña”.
También los principales grupos empresariales de México han manifestado inquietudes sobre el regreso a las políticas antiguas. Entre 1976 y 1982 el gasto gubernamental descontrolado de gobiernos populistas condujo a México a altibajos económicos mayores y a devaluaciones del peso. Tras la última crisis financiera interna registrada en 1994, México amarró calificaciones grado inversión y las conservó aun durante la crisis mundial de 2008.
Puesto que en los sondeos se aprecia que Morena, el partido de AMLO, y sus aliados también podrían asegurar mayoría en la Cámara Baja del Congreso, probablemente su gobierno también tenga margen que le permita aprobar planes de gasto sin apoyo de la oposición.
“Va existir la tentación de endeudar al país”, dijo Héctor Villarreal, director del Centro de Investigación Económica y Presupuestal en la Ciudad de México.
Urzúa, quien se describió como un socialdemócrata moderado, señaló que el gobierno de López Obrador nunca pondría en peligro la estabilidad financiera del país. “No se hará lo que no podamos financiar mediante ahorros”.
Tal vez el éxito o el fracaso de la administración de AMLO dependa de la capacidad de Urzúa de conseguir los ahorros necesarios a efecto de financiar proyectos como el programa anual de 5 mil 100 millones de dólares destinado a poner a trabajar a los jóvenes desempleados, duplicar las pensiones para los adultos mayores y construir dos refinerías.
Urzúa asegura tener confianza de que reduciendo la burocracia, volviendo más eficiente al Gobierno y combatiendo la corrupción pueden liberarse suficientes fondos. El objetivo es tener ahorros anuales por aproximadamente el dos por ciento del producto interno bruto mexicano, ó 20 mil millones de dólares.
La Secretaría de Hacienda centralizaría las compras, desde papel de baño hasta computadoras, de todas las dependencias gubernamentales, indicó Urzúa. Se destinará a obras públicas parte del dinero para gastos discrecionales que se transfiere a los gobiernos estatales, y que el año pasado incluyó 10 mil millones más de lo esperado, añadió.
Los analistas ven poco margen para lograr los ahorros necesarios, pues más del 80 por ciento del presupuesto mexicano se destina a pagar sueldos, pensiones y la deuda. Las promesas de López Obrador de reducir los impuestos al consumidor en la frontera norte y congelar los precios de la gasolina podría dificultar aun más balancear los libros de contabilidad.
“Lo más probable es que sólo logren una fracción de los ahorros planeados”, dijo Villarreal.
Urzúa fue secretario de Finanzas de la Ciudad de México de 2000 a 2003, su única experiencia gubernamental hasta el momento, cuando AMLO era jefe de Gobierno. Algunos inversionistas y analistas dudan que esté hecho para un empleo como secretario de Hacienda en el cual por lo regular hacen falta contactos internacionales y aptitud política.
“Si Urzúa es el mejor que López Obrador tiene, está en problemas”, dijo recientemente un inversionista estadounidense que se reunió con él.
Urzúa se dice preparado para el cargo, habiendo administrado en la Ciudad de México un presupuesto mayor que el de algunos países latinoamericanos, y añadió contar con experiencia en difíciles pláticas políticas.  
En vez de asistir a juntas y eventos internacionales, Urzúa aseguró tener planeado concentrarse en rediseñar el presupuesto mexicano.

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