Reforma
2018-03-07
Ciudad de México— La decisión de México en el 2013 de poner fin al monopolio gubernamental sobre la energía y abrir la industria a la participación privada dio como resultado miles de millones en inversiones y la llegada de docenas de compañías internacionales de petróleo.
Carlos Treviño, el nuevo director general de Petróleos Mexicanos, cree que sería una pena que eso sea interrumpido por el próximo Gobierno.
La principal preocupación de Treviño, quien asumió el control en Pemex en noviembre, es que México elija en julio un presidente que "reduzca el ritmo de la reforma energética", dijo en una entrevista con Bloomberg Television en el evento CERAWeek de IHS Markit en Houston.
"Alguien que no cree en la reforma energética puede reducir mucho la velocidad y creo que sería una pena en México", dijo Treviño.
"La reforma energética tiene muchos beneficios para el país, para la gente, por lo que el peor escenario posible en mi opinión es que la velocidad con la que estamos implementando la reforma energética se reduzca".
La preocupación de Treviño coincide con la de muchos líderes de la industria de energía en México, que han firmado más de 90 contratos de producción de petróleo y gas con las principales empresas internacionales como Royal Dutch Shell Plc, Chevron Corp y Exxon Mobil Corp desde su primera subasta privada de crudo en el 2015.
Una reversión o modificación significativa de la reforma sería "casi imposible porque para cambiar la reforma energética tendría que cambiar la Constitución", dijo el directivo. Exigiría una mayoría en la cámara alta y baja de México y "es realmente difícil para un presidente tener ese nivel" de apoyo.
"Es posible, pero improbable", dijo Treviño. "Tenemos mucha certeza sobre lo que sucederá en el futuro sin importar quién gane las elecciones".