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Alargan agonía por TLC, amplían renegociación hasta el 2018

Agencias

2017-10-18

Washington– Las discusiones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte se prolongarán hasta el primer trimestre de 2018, pese a que estaba previsto que concluyeran en diciembre, debido a lo alejado de las posturas de cada uno de los países.
La Administración de Donald Trump ha puesto condiciones que preocupan a México y Canadá: quiere más contenido estadounidense en los automóviles para poder considerarlos producto local, que el actual mecanismo de resolución de conflictos desaparezca y que, cada cinco años, el acuerdo termine de forma automática salvo que los socios firmen lo contrario.
El negociador jefe de Estados Unidos, Robert Lighthizer, se declaró "sorprendido y decepcionado" con lo que calificó de "resistencia al cambio" por parte de los dos países vecinos.
“NAFTA ha causado un enorme déficit comercial en Estados Unidos y decenas de miles de empleos en el sector manufacturero”, señaló Robert Lighthizer el negociador en jefe de EU, entonando el mismo discurso del arranque de estas conversaciones.
La renegociación del Tratado de Libre Comercio del América del Norte (NAFTA, por sus siglas en inglés) comenzó el pasado agosto en Washington, celebró su segunda y tercera ronda en México y Canadá, respectivamente, y estos días ha regresado a la capital estadounidense. Se discuten nuevas reglas de juego para una zona de libre comercio que el año pasado movió 1.2 billones de dólares.
El calendario fijaba diciembre como fecha final del proceso y ahora se ha prolongado hasta el primer trimestre del próximo año, aunque nadie descarta ya del todo que se acorte, que alguno de los socios se levante de la mesa y los tres vuelvan a regirse por el marco general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), con el regreso de los aranceles.
El secretario mexicano de Economía, Ildefonso Guajardo ha insistido en expresar optimismo a lo largo del proceso. El pasado martes mantuvo esa línea, recalcando que México afronta las conversaciones como “una negociación de ganancia mutua” frente a una “situación de pérdida mutua”.
En esta línea, llamó a seguir trabajando juntos para “conseguir equilibrios”. Los tres volverán a verse en la Ciudad de México el 17 de noviembre, para la quinta ronda.
La Administración de Trump llegó a la mesa el pasado agosto al ataque, advirtiendo de que el TLCAN había fracasado para muchos estadounidenses y de que la reforma del acuerdo tendría que ser profunda para que Estados Unidos, su socio más poderoso, permaneciera en él. A la defensiva estaban Canadá y sobre todo México.
Esta es una negociación que los mexicanos preferían evitar a toda costa, aunque el discurso público sí acepta ahora que un acuerdo comercial de hace 23 años necesita modernizarse con los cambios experimentados en cada país y la digitalización de la economía.
Las tres grandes condiciones que pone EU son identificadas como líneas rojas para los mexicanos. La relacionada con la industria automovilística resulta la más perjudicial.
Trump quiere elevar el porcentaje de composición norteamericana (es decir, procedente de cualquier de los tres países socios) en los vehículos del 62.5% actual, que es lo que fija ahora el TLC, hasta el 85%. Además, el 50% los materiales tienen que provenir específicamente en factorías estadounidenses. La cuestión es si de estos requisitos se beneficiarían los trabajadores estadounidenses o, en buena medida, lo de las fábricas asiáticas, que podrían recibir más pedidos de las marcas americanas para reducir costos. (Con información de agencias)

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