Jesús Guerrero/
Agencia Reforma
Ciudad de México— La violencia en la Sierra de Guerrero ha provocado el cierre de escuelas, clínicas de salud y rutas de transporte.
Se trata de una región compuesta por los Municipios de Heliodoro Castillo, Chilpancingo, Leonardo Bravo y Eduardo Neri. la cual es disputada por grupos delictivos.
De acuerdo con informes de la PGR, una parte de los pobladores de esta zona se dedica a la siembra de estupefacientes.
El secretario técnico de la Secretaría de Educación en Guerrero, Jorge Sotomayor Landeta, aseguró que al menos 15 escuelas de educación básica ubicadas en comunidades de la Sierra están cerradas por la violencia e inseguridad.
Son alrededor de 400 niños de esa zona que se encuentran sin clases.
Apenas el pasado fin de semana el personal médico del Hospital Básico Comunitario en Filo de Caballos, del Municipio de Leonardo Bravo, regresó a sus labores después de que había cerrado por hechos delictivos.
Sin embargo, las clínicas de salud que siguen sin operar desde hace más de un año son las de las localidades de Villa Xóchitl, Los Hoyos, Huerta Vieja, Las Margaritas y Los Mangos, en el Municipio de Heliodoro Castillo, colindante con Chilpancingo.
También el transporte público ha sido afectado: hombres armados en dos o tres camionetas recorren la carretera Chilpancingo-Chilapa o se colocan en cruceros estratégicos.
Desde ahí ubican a los transportistas, le cierran el paso, amagan al chofer, lo bajan y lo ejecutan frente a los pasajeros.
El transporte público es usado para sacar la goma de opio que se recolecta en la Montaña de Guerrero, lo que ha generado que los grupos que se disputan el territorio arremetan contra los choferes.
Y médicos evitan la zona
Beatriz Vélez, diputada federal y dirigente de la Sección 36 del Sindicato Nacional de Trabajadores de Salud, dijo que los médicos se niegan a trabajar en la Sierra de Guerrero a causa de la violencia e inseguridad.