Reforma
2017-09-01
Ciudad de México— En medio de acusaciones de traición, sin el respaldo del PAN y arropado por el PRI, Ernesto Cordero fue elegido ayer como presidente del Senado para el periodo 2017-2018.
La designación del exsecretario de Hacienda se consumó entre una lluvia de señalamientos contra los panistas que negociaron con el tricolor y que han cuestionado la instrucción de la dirigencia del blanquiazul para rechazar el pase automático de Raúl Cervantes a la Fiscalía General.
"Hoy, dándole una puñalada en la espalda, el Gobierno ha metido la mano. Esto es un verdadero atropello, es una vergüenza. Hoy nos queda claro quiénes son los traidores", acusó el coordinador de la fracción panista, Fernando Herrera.
"¿Tienen la obligación de traicionar al PAN para venir a votar con la bancada del PRI? Te habló a ti, Cordero, Lozano, Lavalle y Roberto Gil. Qué vergüenza que tengas que venir a tomar protesta cuando 34 compañeros del PAN no están de acuerdo con que tu presidas", reprochó su compañero de bancada, Jorge Luis Preciado.
El colimense también fustigó a Lozano a quien acusó de regresar al Senado "para ponerse de tapete del PRI".
Raúl Gracia lamentó que el PAN no haya sido capaz de aprender de los fraudes electorales de Coahuila y el Estado de México.
"Eligieron a la propuesta del PRI. Ahora, cuando hablen del PRIAN, refiéranse a la mesa directiva. Hoy, con su voto espurio, han acabado con la pluralidad", sentenció.
Ayer, luego de 10 horas de negociaciones, Cordero consiguió la presidencia del Senado con 77 de votos a favor, de los cuales, cinco correspondieron a los únicos panistas que se presentaron en el pleno: Javier Lozano, Roberto Gil, Salvador Vega Casillas, Jorge Luis Lavalle y su propio voto.
Lozano justificó su voto y respondió a los ataques.
"No supieron negociar, no saben coordinar, no se les hizo", soltó el poblano.
Según el testimonio de varios coordinadores, Cordero llegó a la presidencia del Senado a propuesta del PRI, que condicionó su voto a que un ex presidente del Senado pudiera encabezar la mesa.
De entrada, la fracción del tricolor vetó al coordinador del PAN por haber llamado "borracho de cantina" y "pistolero balín" al dirigente nacional de su partido, Enrique Ochoa.
'Agachar la cabeza'
Los priistas también descalificaron a las panistas Laura Rojas y Adriana Dávila, quienes habían sido propuestas para ocupar la presidencia por seis meses cada una.
"Qué lástima. Sé que en el PRI muchas mujeres tienen que agachar la cabeza para seguir avanzando", sentenció Dávilaen la tribuna.
"Hay traición de género. Traición de compañeros de partido, a cambio de dádivas", sostuvo Marcela Torres Peimbert, quien dijo que llevará el caso a los tribunales.
En respuesta, el coordinador del PVEM, Carlos Puente, reveló que el PAN vetó a la senadora Mariana Gómez del Campo, quien fue propuesta por ellos y por los priistas para ocupar la presidencia de la Cámara alta.
Al final, pese a la confrontación, Cordero rindió protesta, de nuevo, como presidente del Senado.