Reforma
2017-03-18
Culiacán– El Gobernador de Sinaloa, Quirino Ordaz Coppel, dijo que la causa de la fuga de Juan José Esparragoza Monzón, “El Azulito”, y cuatro reos más del penal de Culiacán fue la corrupción y la debilidad del sistema penitenciario del Estado.
“Es una muestra de debilidad del sistema penitenciario, del rezago que hay, la corrupción que existe, la complicidad que se hizo patente y es a eso a lo que tenemos que dar la vuelta”, dijo.
“Los penales se recibieron en condiciones caóticas”.
El jueves pasado, Esparragoza Monzón salió del penal de Culiacán junto a Alfonso Limón Sánchez, “El Limón”; Jesús Peña González, “El 20”; Rafael Guadalupe Félix Núñez, el “Changuito Ántrax”; y Francisco Javier Zazueta Rosales, “El Pancho Chimal”,considerados todos de alta peligrosidad y ligados al Cártel de Sinaloa.
De acuerdo con el Mandatario estatal, esas personas pudieron haber salido por la puerta principal, sin que fueran detenidos, por la complicidad del personal de custodia.
“Lo que se ve, lo que se aprecia es que hayan salido por ahí (por la puerta principal), y bueno esa es la muestra más clara de la complicidad que existe ahí en los penales”, señaló.
En un diagnóstico de la Secretaría de Seguridad Pública, se estableció que el penal de Culiacán tiene un déficit de al menos 20 por ciento de personal para vigilar a los presos, mantiene un sistema de videovigilancia deficiente y carece de inhibidores de señal para celular.
Además, se detectó que existen 500 presos federales, de los cuales 98 son considerados de alta peligrosidad, y que éstos mantienen privilegios como celdas más amplias, horarios a su disposición para visitas o para tomar aire fuera de sus celdas.
El Gobernador de Sinaloa dijo que esas condiciones, además de la complicidad con personal del penal, pudieron haber permitido que las personas que se fugaron, y las que se mantienen dentro, sigan operando para el crimen organizado.
“No había ni siquiera inhibidores de celulares ellos vienen trabajando y operando seguramente desde adentro”, comentó.
“¿Tú crees que dejaron de operar?, ¿de trabajar?, yo no creo y la verdad de las cosas hay que ser sincero, adentro hay mucha corrupción, esa es la verdad y hay complicidad, y eso quedó claro y evidente y tan ha quedado claro y evidente que ha habido otras fugas”.
Después de la evasión se inició una investigación por PGR, en la que se puso a disposición a 11 funcionarios del reclusorio, entre ellos al ex militar José Francisco Martínez Reyes, encargado del despacho de la dirección del penal.
Martínez Reyes, de acuerdo con personal de la institución, tenía una semana trabajando, pero por el proceso de la investigación tuvo que ser dado de baja.