Agencia Reforma
2016-06-23
Pachuca— Tras nueve años, Juan Chávez Martínez, una de las víctimas de la masacre en Orlando, Florida, regresó a su natal Huichapan, en Hidalgo.
Se había ido a Estados Unidos en busca de una vida mejor, y ayer volvió para ser sepultado en el cementerio de Maxtha.
Los restos del joven de 25 años arribaron a la casa de sus padres, tras un viaje de más de siete horas desde su partida del aeropuerto de Orlando y de aterrizar luego en el aeropuerto de la Ciudad de México,
Juan fue una de las 53 víctimas del tiroteo en un bar gay de Orlando.
Sus padres, Aurelia Martínez y Enrique Chávez, lo esperaban a las puertas de su casa, rodeados de sus hermanas y sus nietos.
Era el séptimo hijo de una familia de nueve. Partió de casa a los 16 años en busca de una vida mejor, no sólo para él, sino para su familia. No pudo alcanzar su sueño.
Como indocumentado, Juan había pasado los últimos nueve años en Davenport, Florida.
“Era el que nos sostenía porque era soltero, nos mandaba unos dolaritos”, refirió su padre.
Juan trabajaba en la limpieza de hoteles de Orlando y, según cuentan sus padres, era una persona muy trabajadora, comprometida y cariñosa.
Este día, los padres de Juan recibieron los restos de su hijo en su casa en Maxtha.