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Agencia Reforma
Ciudad de México— La boda religiosa entre Angélica Rivera y el entonces gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, realizada el 27 de noviembre de 2010, fue precedida de un proceso irregular al interior de la Arquidiócesis Primada de México.
Así lo reveló ayer Aristegui Noticias en un reportaje firmado por la Unidad de Investigaciones Especiales de dicho portal en colaboración con la revista Proceso.
Según el reportaje, la anulación del primer matrimonio de Rivera fue un proceso que no sólo le quitó a un sacerdote las facultades para ejercer su vocación, sino que habría hecho irregular el posterior enlace de la actriz con el hoy presidente de la República, según documentos de autoridades eclesiásticas.
La Arquidiócesis habría validado una anulación indebida del matrimonio de Rivera-Castro para posibilitar las nupcias religiosas de la actriz con Peña, a la vez que, según documentos exhibidos, castigó injustamente al sacerdote José Luis Salinas, quien oficiaba misas para artistas de Televisa.