Nacional

Reclaman 42 cuerpos de implicados en balacera

El Universal / AFP

2015-05-24

Distrito Federal— Familiares de los 42 muertos en el Rancho del Sol, en Ecuandureo, Michoacán, acudieron al Servicio Médico Forense de Morelia para reclamar la entrega de los cuerpos.
“Fue una salvajada, nuestros familiares están irreconocibles”, comentó una de las señoras que esperaba la entrega del cuerpo de su familiar que fue muerto durante el operativo de las fuerzas armadas.
La mayoría de los autos que se observaban en el Semefo tenía placas de Jalisco, y es que de acuerdo con los testimonios, la mayoría de los fallecidos eran de Ocotlán.
El asesor de los familiares, quien por cuestiones de seguridad omitió su nombre, dijo que en un principio tuvieron algunos problemas para la entrega de los cuerpos, pero la intervención de Derechos Humanos ayudó al trámite.
“Hubo manipulación en los cuerpos y así como sucedieron los hechos, se observa que no fue un tiroteo sino algo muy a sangre fría”, asegura.
Varios familiares pusieron en duda la versión oficial sobre los hechos y acusaban a las autoridades de haber cometido una “masacre”.
“Eso no fue un enfrentamiento, fue una masacre”, dijo a la AFP Víctor Hugo Reynoso, hermano de Luis Alberto, uno de los 42 civiles abatidos el viernes en un operativo de las fuerzas federales en un rancho de Tanhuato, fronterizo con el estado de Jalisco, en el que también murió un policía federal.
Esperando junto a otros 70 familiares a que le entregaran el cuerpo de su hermano frente al Servicio Médico Forense de Morelia, Reynoso sostuvo su argumento basándose en las supuestas fotos del operativo que publicaron los principales periódicos, en las que se ven cuerpos “destrozados, calcinados”, algunos sin camisetas ni zapatos y al lado de armas largas, señaló.
El sangriento operativo, uno de los más mortíferos desde que México le declaró la guerra a los cárteles en 2006, estaba dirigido contra el pujante Cártel Jalisco Nueva Generación, al que se atribuyen los últimos brotes de violencia en la región y aparatosos ataques armados contra fuerzas federales.
Erika Eunice Hurtado, hermana de otro de los abatidos, asegura que cuando estaba dando su declaración para solicitar el cuerpo de su hermano, “agentes de la policía federal a espaldas mías se estaban burlando, estaban diciendo que los agarraron como pajaritos en su nido”.
Para esta mujer procedente, como muchos de los fallecidos, de Ocotlán, un pueblo de Jalisco, las armas que aparecen en las fotografías difundidas en la prensa “están sembradas” (puestas posteriormente de forma falsa). (El Universal/AFP)
 

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