Agencias
2015-05-24San Cristóbal de las Casas— La muerte de dos niños, ocurrida el 8 de este mes en la comunidad de La Pimienta, municipio de Simojovel, luego de ser vacunados en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), representa “la máxima expresión de la marginación que han vivido durante la historia los pueblos indígenas en materia de salud”, afirmó el sacerdote Marcelo Pérez Pérez
“Quedan al descubierto con mucha claridad ante los ojos del mundo las pésimas condiciones de los centros de salud” en la entidad, dijo el párroco, de acuerdo a una nota del periódico La Jornada.
Y “la mayor indignación de la población —subrayó— es el mal trato en estos centros de Simojovel, Bochil y en Tuxtla Gutiérrez”, donde fueron atendidos 29 de los 31 infantes que resultaron afectados después de que se les aplicaron las vacunas.
El pasado 8 de mayo personal del IMSS de la clínica de la comunidad La Pimienta vacunó a 31 niños contra la hepatitis, tuberculosis y rotavirus, pero horas después perdieron la vida dos niños que tenían un mes de nacidos, y 29 más fueron hospitalizados, de los cuales 27 niños ya fueron dados de alta.
Durante una misa que se celebró ayer en Simojovel, tras la marcha con que católicos exigieron justicia, Pérez Pérez señaló en su homilía que existe “gran indignación, no sólo entre los padres de los 31 bebés sino de la población en general y de los pueblos indígenas”.