Nacional

Falla plan antierosión en Tabasco

Carlos Marí
Agencia Reforma

2015-04-27

Sánchez Magallanes, Tabasco— A los 30 millones de pesos invertidos por la SCT para frenar la erosión en la costa de Tabasco se los está llevando el oleaje.
En menos de tres años, algunos puntos de la barrera de 2.3 kilómetros de geotubos instalada en las localidades de Sánchez Magallanes, El Alacrán y Tupilco, que pretendían proteger 13 kilómetros de playa, sucumbieron ante el maretazo.
Ahora la población de este puerto está otra vez expuesta a la erosión que ha avanzado más de 200 metros debido al remate de las olas registrado durante los frentes fríos 41 y 42 en marzo pasado.
Así lo manifestaron los lugareños que viven al pie de la franja de playa, quienes consideraron que ante la obra fallida ahora enfrentan un riesgo mayor de que sus casas sean socavadas por el mar.
“Desde que esos costales se derrumbaron (geotubos), el agua del mar nos está dañando más en esta zona, porque entra arremolinada, relava y se lleva la arena.
“Ahora estamos peor y para la próxima temporada de nortes (frentes fríos) quién sabe qué va a pasar con tanta erosión, cuando sólo nos quedan 20 ó 30 metros de playa”, expresó José Álvarez López, quien tiene su vivienda en la zona oeste de playa.
A don José no le tocado perder tanto de su predio como a su vecino, Guillermo Méndez González, quien desde que se asentó a vivir en la playa, hace casi 30 años, perdió la extensión de su solar.
“Yo llegué aquí en 1986, y en aquél entonces eran más de cien metros de playa, en la que habían almendros y matas de coco, pero todo eso se perdió por la erosión del mar, y claro que estoy preocupado, porque no sé para donde chingaos ir”, lamenta.
Reforma publicó el 30 de julio de 2012 que el Gobernador Andrés Granier presumió el proyecto que contemplaba una vida útil de 20 años para la barrera protectora, construida para frenar el fenómeno que hasta ese año había siniestrado 104 viviendas.
Entonces el Mandatario dijo, que se trataba de una obra que “protegerá la integridad y patrimonio y devolverá el desarrollo a la villa”.
Sin embargo la obra fue cuestionada por el investigador del Instituto de Geografía Física de la UNAM, Mario Arturo Ortiz Pérez, quien aseguró que se trataba de una “respuesta temporal”, y que lo que realmente “convendría para nuevamente acumular arena en varios tramos de la costa, es construir arrecifes artificiales”.
Al final el muro de geotubos de fibra textil que fue levantado a una altura de 1.50 metros, en el cual la Secretaría de Comunicaciones y Transportes invirtió 30 millones de pesos como parte de los 80 millones que fueron presupuestados para el total del proyecto, no duró los 20 años estimados.
Y es que a menos de tres años de ser instalados, la mayor parte de los tubos están hundidos entre la arena y el agua del mar que ya los rebasó.
En un recorrido por la zona se pudo constatar que hay tramos en los que la arena que contenían ahora está desparramada y con menos de 60 centímetros de altura.
En otros puntos los geotubos desaparecieron de la vista al quedar totalmente bajo la arena, por lo que en varias partes ya no queda franja de playa.

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