AFP
2015-03-31Distrito Federal– Un mexicano que necesita un trasplante de corazón y otro de hígado festejó ayer la visa humanitaria que, después de dos intentos fallidos, le otorgó el gobierno de Estados Unidos para atenderse en una clínica de ese país.
“YA ME APROBARON LA VISA HUMANITARIA!!!!!!!!!!! estoy super mega hiper feliiiiiz!”, escribió el mexicano José Chúa López, de 20 años, en su cuenta de Facebook. “Gracias a Dios podré por fin ir a Rochester, Minnesota”, expresó.
Una fuente de la Cancillería mexicana confirmó a la AFP que el gobierno de Estados Unidos le entregó “un permiso humanitario con vigencia de 90 días”.
El pasado martes, Estados Unidos le había negado por segunda ocasión a Chúa una visa de turista, que es el permiso que normalmente buscan los mexicanos que quieren viajar a ese país por problemas de salud.
Organizaciones de defensa de derechos humanos en Estados Unidos consideraron que el personal del consulado de la ciudad de Hermosillo (noroeste de México), donde vive el joven, debió haberle mencionado la existencia de otro tipo de permisos, como la visa humanitaria.
“Yo no voy a pasear, no voy de compras”, dijo Chúa el martes a la televisora Milenio, recordando el momento en el que su “mundo se venía abajo” tras el segundo rechazo a su solicitud.
Chúa ha dejado de estudiar debido a que la enfermedad con la que nació, conocida como “ventrículo único”, ha avanzado tanto que ya no puede caminar más de dos cuadras y ni estar sentado o parado largos períodos.
Medios locales indicaron en días pasados que Estados Unidos le negó la visa ante la duda de que la familia de Chúa contara con los recursos para solventar sus gastos médicos.
Chúa y su familia ya han conseguido recolectar los 15 mil dólares para el diagnóstico que se le hará en la clínica de Minnesota (norte de EU). Sin embargo, la recolecta continuará porque “un trasplante de hígado y de corazón cuesta 2 millones de dólares”, dijo Chúa, cuya madre trabaja en una fábrica automotriz de Hermosillo.
En la entrevista con Milenio, Chúa aseguró que el Instituto Mexicano del Seguro Social se negó a ponerlo en la lista de espera de trasplantes cuando requería un nuevo corazón porque su apariencia física indicaba que su caso no era grave, obligándolo a buscar atención médica en Estados Unidos.