Reforma
2015-03-06
Puebla— Debido a la fragilidad y para tratar de conservar el estado de los dos cadáveres momificados hallados en el Pico de Orizaba, las autoridades preparan a un grupo especializado para la extracción.
Hilario Aguilar, presidente del Club Alpino Mexicano Delegación Ciudad Serdán, solicitó el apoyo de personal capacitado y con equipo adecuado de alta montaña.
Asimismo, dijo que el operativo para hacer nuevamente un ascenso al Citláltepetl, que depende del agente del Ministerio Público y de la Procuraduría del Estado, se prevé para el lunes o martes próximos.
Aguilar detalló que para la extracción se necesitan ocho personas, ya que los cuerpos momificados se localizan a 5 mil 270 metros sobre el nivel del mar en una pendiente de 60 grados de inclinación.
También recalcó la importancia de contar con cuerdas, mosquetones, tornillos y estacas debido a que el hielo de la cara Noreste del volcán está cristalizado.
El experto dijo que cuando los cuerpos momificados sean extraídos del hielo, posiblemente se empiecen a deshacer debido al tiempo que llevan enterrados.
"Por más cuidado que se puede tener va a ser imposible que se pudieran bajar completos los restos, va a ser en fracciones", consideró.
Especificó que se debe de tener mucho cuidado debido a que cuando se empiece a excavar se van a desprender gases tóxicos que podrían ser peligrosos.
El equipo de Alta Montaña de la Cruz Roja Mexicana Delegación Puebla informó esta tarde que la presidencia de Chalchicomula de Sesma les solicitó apoyo para colaborar en los trabajos de rescate.
El primer cadáver momificado fue localizado accidentalmente el domingo pasado cuando un integrante del Club Alpino Reinhold Messner, del Distrito Federal, resbaló al realizar una circunferencia en el cráter.
La mañana del jueves el equipo Delta de Protección Civil Municipal y el equipo del Club Alpino Mexicano hallaron el segundo cuerpo abrazado del primero debido a que el glaciar se estaba derritiendo.
Según los registros, los cadáveres momificados serían de los amigos Juan Espinosa y Enrique García, quienes fueron sepultados en una avalancha en 1958, aunque no se descarta la posibilidad de que sean alpinistas extranjeros.