Nacional

Priva compadrazgo en partidos políticos

Diana Villavicencio
El Universal

2015-03-04

Distrito Federal— Las relaciones familiares, los compadrazgos y las amistades entrañables son factores que influyeron en la designación de candidaturas para los próximos comicios en los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional (PAN).
El doctor Eduardo Bueno, académico en Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana, asegura que se ha desarrollado una tendencia generalizada de la clase política a patrimonializar la función pública a través de las relaciones consanguíneas y lazos de amistad.
El lazo indisoluble de ser compadres acompaña a más de 10 candidatos electos por el PRI-DF a jefaturas delegacionales y diputaciones para la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF). Afines al ex líder del partido tricolor Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre engloban la lista.
Los une la amistad de varios años como la de Cristian Vargas, ex diputado local y actual candidato electo a jefe delegacional de Gustavo A. Madero. Incondicional de Gutiérrez de la Torre.
Sobre el tema, el académico explica que a los líderes lo que les interesa es generar redes de complicidad traducidos en elegidos y designados que violentan la democracia e incumplen el Estado de Derecho.
La cadena de amistad es larga en el tricolor, que ahora se ve desplegada con Roberto Zamora Pineda, candidato electo a una diputación local por la Gustavo A. Madero y quien –hasta el año pasado– se desempeñó como tesorero del PRI-DF. Fue acusado de pagar a edecanes de Gutiérrez de la Torre.
También está Guillermina de la Torre, madre del ex dirigente priísta, en el lugar 10 de la lista de candidatos plurinominales a diputados federales por la cuarta circunscripción.
El asambleísta local Fernando Mercado Guaida, candidato a la Delegación Magdalena Contreras, también es allegado al ex líder, además de participar en la Comisión de Procesos Internos del partido, misma que realizó la selección de los aspirantes.
Otra muestra es la designación de Efrén Sánchez Jiménez, candidato a diputación local por Iztapalapa y conocido como “El Nana”. Se le vincula a organizaciones porriles como la Federación de Estudiantes Politécnicos (FEP) y con gente de Cristian Vargas, conocido como el “Dipuhooligan”.
Otro caso que llama la atención es el de Cynthia López, candidata electa a una diputación local por la Cuauhtémoc, es allegada a la Oficina de la Presidencia de la República y fungió como ex secretaria de Aurelio Nuño
Aunque en repetidas ocasiones se ha afirmado que en el PRI se debe poner fin a compadrazgos y elegir a militantes con trayectoria política, sobresale el caso de Hannah de Lamadrid Téllez, candidata electa a la jefatura delegacional de Coyoacán. Hija de la diputada Angelina Téllez y hermana del funcionario en el gobierno de Chihuahua, José Luis Téllez, director de Políticas y Planeación Social.
Aunque los casos son mínimos, en el PRIDF también dos familias buscan prolongar el poder en esta jornada electoral. Sus apellidos retumban en la esfera comercial y federal: Barrios Richard y Moguel Robles.
Al proceso se inscribieron seis integrantes de la familia de la asambleísta Alejandra Barrios. Hijas, colaborador, nietos y hasta la nuera, quienes buscaban una diputación federal o local, pero sólo la lideresa obtuvo por el tricolor la candidatura de jefe delegacional en Cuauhtémoc.
Otro caso se denota con Mariana Moguel Robles, candidata a una diputación local por la delegación Milpa Alta por el Distrito local XXXIV y hace tres años compitió por un distrito en Miguel Hidalgo. Es hija de Rosario Robles, secretaria de Desarrollo Social federal.
En el Partido Acción Nacional en la capital también hay predilección por conservar los lazos familiares. En la lista de los candidatos a ocupar diputaciones locales pesan las relaciones de hermanos, parejas sentimentales y esposos.
La doctora María Eugenia Valdez Vega, especialista en procesos electorales de la UAM Iztapalapa, asegura que la ciudad de México atraviesa un descrédito en la clase política ante la falta de métodos democráticos para elegir y seleccionar a funcionarios públicos.
El mensaje que se da a la ciudadanía es negativo y grave, por lo que se debería dar paso a la decisión ciudadana y no a la imposición, refiere.

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